MITOS y CREENCIAS ERRÓNEAS Y ACEPTADAS (las subrayadas en el texto) SOBRE LA HIPNOSIS:
  1. La Hipnosis implica una pérdida de la conciencia y es una forma de sueño. La hipnosis no es una forma de sueño (Banyai, 1991) . La asociación que se ha desarrollado entre la hipnosis y el sueño no es muy afortunada. La gente a menudo espera, o teme, encontrarse en un estado inconsciente durante la hipnosis. Sin embargo, la hipnosis no es un fenómeno del sueño. Los individuos no pierden la consciencia y no se duermen cuando están en un trance. Si acaso, se mejora la concentración y se focaliza de una manera especial; sin hablar de la hipnosis alerta.
  2. La hipnosis implica una rendición de la voluntad y, por consiguiente, el sujeto se halla bajo el control del hipnotizador. Al final, toda hipnosis es autohipnosis. Los individuos se dejan introducir en un trance porque así lo desean. La hipnosis no puede inducirse sin la colaboración del sujeto. Los sujetos mantienen su capacidad de control sobre su comportamiento (Lynn, Rhue & Weekes, 1965).
  3. Los individuos crédulos y los tontos, así como las mujeres, se hipnotizan más fácilmente. La capacidad para experimentar hipnosis no indica debilidad o credulidad (Barber, 1969). No hay diferencias significativas de sexo en la hipnotizabilidad. Si acaso, la capacidad para el trance requiere un individuo que confíe y se abra a nuevas experiencias. Hay una correlación ligeramente positiva entre inteligencia y la hipnotizabilidad, en vez de suceder al contrario.
  4. La hipnosis no es peligrosa. Lo mismo que sucede con cualquier técnica poderosa, el uso de la hipnosis puede ocasionalmente tener consecuencias imprevistas. Por esta causa, sólo la deberían utilizar profesionales cualificados. Sin embargo, no es más peligrosa que la mayoría de las formas de tratamiento psicológico, cuando se emplean eficazmente. La hipnosis debe ser practicada por clínicos cualificados (Lynn, Rhue & Weekes, 1965).
  5. La hipnosis depende más de las capacidades y esfuerzos del sujeto que de la habilidad del hipnotizador (Hilgard, 1965). Los hipnotizadores deben ser enérgicos, carismáticos o misteriosos. La conducta de algunos hipnotizadores puede haber contribuido a este mito. Sin embargo, puesto que toda hipnosis es autohipnosis resulta que las características del sujeto son más importantes que las características del hipnotizador.
  6. La hipnosis sólo ocurre cuando se utiliza formalmente. Se puede responder a las sugestiones con o sin hipnosis (Barber, 1969) . La mayoría de sujetos no describe su experiencia como "trance", sino como atención focalizada en los eventos sugeridos (McConkey, 1986). Aunque gente le son más familiares los trances formales, hay sucesos diarios que son de naturaleza hipnótica. Por ejemplo, algunos individuos están tan profundamente absortos en una actividad, que pierden la noción del tiempo (distorsión del tiempo) o no se dan cuenta de los estímulos externos. El término «hipnosis de la carretera» se refiere a la conducta de la gente que viaja en automóvil de un lugar a otro sin darse cuenta del itinerario. Los hipnoterapeutas ericksonianos, en especial, utilizan a menudo los trances informales.
  7. La hipnosis no es terapia. ¡Incluso muchos profesionales creen lo contrario...! Sin embargo, la hipnosis es una técnica específica para ser usada sólo dentro del contexto de la práctica profesional. Aunque casi todo el mundo puede inducir un trance, sólo un profesional cualificado puede emplear la conducta de trance para solucionar problemas clínicos.
  8. La amnesia espontánea es relativamente rara y se puede prevenir (Simon & Salzberg, 1985). La gente no puede hablar cuando está en trance, ni puede recordar lo que pasó una vez está fuera del trance. El trance es una experiencia muy individual. Algunas personas tienen realmente amnésia espontánea para cualquier cosa que diga el hipnotizador durante el trance, mientras que otras recuerdan todo con exactitud. De igual manera, es muy frecuente que los individuos hablen mientras están en trance, especialmente si el hipnotizador les dice que lo hagan.
  9. La hipnosis no incrementa la agudeza de la memoria (Sheehan & McConkey, 1993). La hipnosis no es un método fiable para recuperar recuerdos, pero puede incrementar el peligro de falsos recuerdos (Linn & Nash, 1994).
  10. Las técnicas tradicionales directas parecen ser igual de efectivas que las técnicas permisivas, indirectas, abiertas (Lynn, Neufeld & Mare, 1993). Una gran variedad de inducciones pueden ser efectivas.
  11. La hipnotizabilidad se puede modificar sustancialmente (Spanos, 1991).
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