VARIABLES SEGÚN AUTORES
La Hipnosis es una palabra que evoca muchas asociaciones y ha captado la atención de bastantes pensadores e investigadores creativos del campo de la Psicología (S. Freud, W. Wundt, W. James, I. P. Pavlov, Clark Hull, J. Wolpe, H. Eysenck, M. Orne, A. Ellis, entre otros). A pesar de que no exista una teoría predominante sobre la Hipnosis, la manera de conceptualizar la hipnosis tiene profundas implicaciones en sus aplicaciones potenciales (Yapko, 1995).

Se presenta una relación de algunas definiciones actuales sobre el concepto de la Hipnosis, basada en una clasificación desarrollada por J. Zeig (1988), en la que se pueden identificar los siguientes puntos de vista (1.1-1.9):

1.1 P. Janet (y E. Hilgard más tarde) pensó que durante la hipnosis había una disociación de las funciones psíquicas. Esto significa el fraccionamiento de aspectos de la conciencia, con uno de ellos aparentemente dominante en cualquier momento, pero con otros aspectos capaces de influir en la conducta al mismo tiempo, o de reemplazar el aspecto dominante. Según la teoría de neodisociación (Hilgard, 1986) cada persona posee un determinado número de sistemas cognitivos secuenciados jerárquicamente los cuales son alterados por la hipnosis. Esta teoría es congruente con la consideración de la hipnosis como un estado de conciencia alterado o especial, separado y distinto del normal. Este punto de vista se relaciona con las teorías sobre cómo se desarrolla el trastorno de identidad disociativo, antes personalidad múltiple (DSM-IV). Las teorías tradicionales de los trances espirituales a menudo implican alguna noción sobre la disociación.

1.2 Teodore Sarbin (1950) fue el primero en rechazar la idea de un "estado alterado de conciencia" y concibió la hipnosis como una forma de comportamiento psicológico y social. Más específicamente en términos de "role taking". Vale la pena hacer constar que Sarbin usa este término en vez de "role playing". Interpretar un role sugiere una simulación, adoptar un role no. La personas adoptan muchos roles en su vida, como estudiante, terapeuta, esposo, padre o amigo, y la comprensión de estos comportamientos como roles sociales no implica la idea de que estén fingiendo. Sobre todo, Sarbin emplea la teoría del role para señalar el carácter automático de algunas respuestas hipnóticas. Opina que el "Role-taking" es organísmico ya que implica a todo el organismo, no solamente los sistemas voluntarios de respuesta. Por otra parte, Sarbin hace hincapié, a diferencia de autores anteriores, en las diferencias individuales de las respuestas a las sugestiones hipnóticas. Posteriormente Sarbin y Coe (1972) llegan a la conclusión de que la persona desempeña el papel de cómo se supone que es y actúa, y del aspecto que tiene el sujeto hipnotizado, y cumple las sugerencias del hipnotizador a este respecto.

T.X. Barber (1969) dirigió una serie de estudios e investigaciones extensas con el fin de examinar un gran número de variables que pudieran afectar el comportamiento y la experiencia hipnótica. Como resultado de esta investigación concluyó que los parámetros comportamentales de la hipnosis (variables dependientes) estaban funcionalmente relacionados con ocho variables antecedentes: las actitudes, expectativas y creencias, las palabras y el tono de las sugestiones, la motivación, la definición de la situación como "hipnosis", las sugestiones de relajación, la forma de enunciar las preguntas que condicionan las respuestas, y el comportamiento adoptado por el experimentador.

Spanos (1986) desde una perspectiva socio-cognitiva enfatizó la importancia de las sugestiones dirigidas a una meta, especialmente como medio de generar la experiencia de involuntariedad que es central en la capacidad de respuesta a la hipnosis. La respuestas hipnóticas serían así una representación de un role estratégico puesto en marcha para convencerse a sí mismo, y a los demás, de que uno está experimentando el estado sugerido por la situación. La hipnosis está definida sólo por el contexto social en el que se produce y a través de la manera en que los participantes consideran las respuestas hipnóticas etiquetándolas como tal (Spanos, 1991).

1.3 Weitzenhoffer primero consideró la hipnosis como un estado de sugestionabilidad reforzada, pero más tarde la consideró como una forma de influencia interpersonal mediante las sugestiones. Se trata del enfoque autoritario que tienen los clínicos con una orientación más tradicional, y que consideran la conducta del cliente pasiva y permisiva.

1.4 Gill y Brenman describieron la hipnosis en términos psicoanalíticos como "regresionismo" al servicio del ego. Freud, aunque no fue muy importante en la Historia de Hipnosis, inicialmente tenía gran interés en ella, y concluyó, una vez se desvió de las teorías de Charcot, que representa la relación dependiente, de una relación erotizada entre el hipnotizador y el sujeto. Otros autores hablan de un incremento de la transferencia hacia el hipnotista como figura de autoridad casi arquetípica (por ejemplo, parental) (Fromm, 1992, Nash, 1987).

1.5 Edmonston (1981, 1991) evaluó la hipnosis como relajación (basado en la teoría Pavloviana del sueño, como una inhibición cortical parcial). La relajación se considera como la fuente de la que derivan todos los fenómenos como la regresión y la disociación. Esto se une históricamente a varias teorías fisiológicas sobre cómo la "conversión" trabaja en actividades religiosas fervientes, tal como es el caso del psiquiatra W. Sargant.

1.6 Spiegel y Spiegel (1987) opinaron que la hipnosis era una capacidad biológica distinta. La fuerte relación entre la mente y el cuerpo es evidente en las interacciones hipnóticas. Estos autores describen la calidad de la interrelación entre los dos hemisferios cerebrales como la base de la sensibilidad hipnótica.

Estos autores hacen hincapié en varios de los componentes de la hipnosis como son la disociación (la compartimentación de los componentes de la experiencia), la absorción (se trata de un estrechamiento en la focalización de la atención, a expensas de la atención periférica) y la sugestionabilidad (que es alta responsividad a señales o sugestiones).

1.7 Milton Erickson mantuvo que la hipnosis era un estado alterado de funcionamiento, dirigido internamente. La hipnosis es resultado de una interacción, de una relación de mutua interdependencia, y en ella cada uno sigue la iniciativa del otro y al mismo tiempo, paradójicamente, toma la iniciativa (Erickson y Rossi, 1979).

1.8 Varios seguidores de Erickson han propuesto que la hipnosis está mejor definida subjetivamente y fenomenológicamente como un proceso entre individuos, y una estrategia de comunicación para la realización de metas terapéuticas, con o sin el recurso del trance.

Otra posición es la que postula la propiedad condicionadora de las palabras. Las palabras son estímulos condicionados que representan experiencias internas. Uno usa su propia experiencia individual para dar significado a una palabra. También los gestos son estímulos condicionados que surgen a partir de experiencias repetidas de aprender lo que significan. Así, el significado está en la persona, no en las palabras. La comunicación hipnótica eficaz permite a las personas interpretar y responder de formas propias y únicas a las posibilidades sugeridas por el clínico (Bandler y Grinder, 1975, 1979). Esta posición nos recuerda a Pavlov quien consideraba que la palabra constituye un reflejo condicionado que permite provocar el "sueño hipnótico".

1.9 Debemos reservar también por lo menos una categoría para los numerosos modelos esotéricos, no científicos, o modelos arcaicos de la hipnosis, que la ven, en general, como una condición de un sutil o inobservable fluido corporal, un fenómeno del campo electromagnético, o el resultado de influencias de lo sobrenatural, o contacto con reinos alternados de la existencia (en un sentido no metafórico).
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