El MUNDO DE LOS SUEÑOS I.
P A R A Q U É
S I R V E N L O S S U E Ñ O S
por Dr. V. PABLO RODRÍGUEZ FDEZ.
Psicólogo Clínico - Psicoanalista
Los sueños son puentes que la totalidad organísmica que es el hombre tiende
desde su zona desconocida, oculta (inconsciente), hasta su zona conocida, manifiesta y
clara (consciente),a fin de que esta última asuma e integre componentes pulsionales que,
por diversas razones (represión, etc.), habían permanecido en ese zona de sombra,
haciendo inviable la configuración de la personalidad total del individuo (llámese
ésta: identidad,"sí mismo", autoconocimiento, madurez, autorrealización ,
etc.).
Constituyen, pues,
los sueños, mensajes que nosotros mismos nos enviamos con una serie de fines
específicos, alguno de los cuales analizaremos ahora, pero cuya meta final es, siempre,
colaborar a una mayor y mejor síntesis de todo aquello que uno inevitablemente es.
Esos fines son:
1)Evidenciar y clarificar aspectos desconocidos, reprimidos o negados de uno mismo.
2)Delimitar o situar nítidamente los
límites entre lo que nos es personal y propio, y lo que es de los otros o del mundo.
3)Indicar trayectorias. Unas, como
adecuadas para el logro de la maduración, otras, como elementos obstaculizadores o
estancadores de la
4)Contribuir a un autoconocimiento y
autopercepción que nos conviertan en seres disponibles de sus propias energías, de
forma libre, amorosa y productiva.
5)Estimularnos a llevar a cabo aquello
que nos es propio y enriquecedor para conseguir la autorrealización.
6)Advertirnos de lo que puede desviarnos
de nuestra propia identidad, con el consiguiente daño para nosotros mismos y para los
otros.
7) En ocasiones, incluso, caricaturizar lo que puede ocurrir si persistimos en conductas y emociones inadecuadas, y lo que ya nos ha ocurrido por esa persistencia. Aquí los sueños pueden llegar a tener un carácter didáctico, prospectivo y hasta moralizador, en el mejor sentido del término.
8) Insistir hasta que aceptamos entrar en la dinámica de lo sano y de lo maduro; de ahí los sueños recurrentes y repetitivos, que pueden llegar a reproducirse durante años.
9)Nos hablan, pues, de nuestro pasado,
de nuestro presente y de-lo
nuestro futuro(y no hablo aquí de
sueños proféticos, que sería tema para otro artículo bien distinto).
10)Los sueños, al poseer una eminente
carga simbólica, pero no abstracta y conceptual, sino impregnada de una intensa
revivencia afectiva, permiten la elaboración psicodinámica de traumas, problemas y
conflictos no resueltos en fases anteriores(a veces, muy remotas: El complejo de Edipo, la
rivalidad fraterna , el conflicto con la autoridad, el sexo, la expresión afectiva, la
comunicación, etc.)
Esta forma de
resolución simbólico-afectiva tiene la gran ventaja de no necesitar ya del contacto
físico y personal con el objeto en conflicto. Esto permite, por ejemplo, que un hijo
adulto pueda resolver los trastornos edípicos con una madre, quizás muerta hace muchos
años, o que una hija pueda reconciliarse, al fin, con un padre odiado o temido que puede
haber fallecido, desaparecido o resultar ilocalizable en el presente.
11)Por lo que al terapeuta se refiere,
habría que añadir también los valores diagnósticos y pronósticos, así como el
permitirle introducirse en lo más profundo, y, generalmente
conflictivo, de su paciente; esto es, su mundo inconsciente,"lugar" donde se
gestan las neurosis, las psicosis , y todas las grandes alteraciones de la
personalidad.
Por el tipo y contenido de los sueños de un paciente, podemos situarnos con bastante fidelidad en el punto y momento en que evolutivamente se encuentra
12) Confrontar, constante e insistentemente, los componentes antagónicos de la personalidad. Es decir: Los "infantiles - regresivos -neuróticos -desadaptativos - pasivos", basados exclusivamente en el Principio de Placer y de Fantasía, frente a los "maduros - progresivos - snos - adaptativos -activos", basados en el Principio de Realidad.
____________________________
Respecto al enfoque técnico del trabajo con sueños, considero
importante señalar que, más que analizar e interpretar los sueños, de lo que se trata
es de comprenderlos y vivenciarlos, de forma que sus mensajes sean integrados por la
persona, contribuyendo directamente a su evolución.
El trabajo
exclusivo del analista es, desde mi punto de vista, hacer ver al paciente la estrecha
relación que existe (y que éste, generalmente, se resiste a ver) entre lo que sueña y
su propia vida, entre ese argumento inconsciente y el argumento de su propia existencia
con sus conflictos irresueltos; que consiga caer en la cuenta de que lo que ocurre en el
sueño es, en definitiva, lo que le ocurre al paciente en la relación transferencial con
su analista, en su relación con los otros y en sus inadecuadas vinculaciones de la
infancia.
La labor del
analista sería, por tanto, ayudar a la naturaleza del paciente a establecer esos puentes
de que hablábamos al principio, de forma que consiga, lo más lúcidamente, hacer su
propia síntesis (unión de componentes escindidos y enfrentados) más que su análisis
(separación de componentes para ser vistos en detalle).
Esto último sólo es válido como metodología provisional, siempre de cara a la
consecución de esa, cada vez mayor y más madura, conformación de la personalidad.
Esto no es denigrar toda la simbología
y el aparato hermenéutico del Psicoanálisis, sino que éstos deber ser elementos
dinámicos generados, única y exclusivamente en la subjetividad del paciente, y no en
"listas", más o menos arquetípicas de significados de los símbolos oníricos, por muy
"freudiana","junguiana" etc. que fuera, ya que dicha postura rozaría
más lo mágico o lo fanático que lo estrictamente científico.
Sólo existe la
palabra del paciente. O, mejor: Sólo existe la emoción que se traduce en la palabra del
paciente. Y es esa emoción lo que el paciente debe recuperar,
resemantizar y reintegrar en sí mismo.
Por tanto considero que, en el trabajo con sueños, sólo debe contar:
1)Lo que el paciente recuerda.
2)Lo que el paciente asocia (a lo
recordado).
3)Lo que el paciente sintió al soñarlo
(vivencia).
y 4)Lo que el paciente siente al
contarlo (en la relación transferencial con su analista).
Sólo en el caso,
excepcional por demás, de que con todo ese material no se pudiera sacar nada en claro,
podría el analista recurrir a sugerencias o hipótesis basadas en su propio
conocimiento inconsciente, en su experiencia profesional y en la simbólica mítica,
arquetípica o psicoanalítica.
Dr. V. PABLO RODRÍGUEZ FDEZ.
Psicólogo Clínico - Psicoanalista
Copyright © Dr. Valentín Pablo Rodríguez Fdez.