Dos gatos de la misma camada pasan varias horas al día en un artefacto que permite a uno de ellos libertad casi completa para explorar el medio que le rodea lo mismo que un gato normal. En cambio al otro se le suspende pasivamente en una góndola que su compañero mueve, mediante un sencillo dispositivo mecanico en todas direcciones, de modo que el pasajero de la góndola se halla sujeto al mismo juego de imágenes visuales que el gato activo pero sin que él inicie nada de esa actividad. Cuando los gatos no están dentro del artefacto, permanecen con la madre en la oscuridad.
Al cabo de unas semanas, se comprueba mediante un test que el gato activo ha aprendido a utilizar sus campos visuales para que le den una imagen válida del mundo externo, mientras que el pasajero de la góndola no ha aprendido nada...*

La técnica psicodramática, otorga al cuerpo y su movimiento en el espacio una importancia clave para posibilitar el acceso a la "comprensión".

El cuerpo llega donde la palabra no puede.

(Tomado de un experimento de Held y Hein (1963))

© Guillermo Robledo - 2003