El desarrollo de nuestros talleres, nos impulsa diariamente
a reflexionar sobre las claves del proceso del "darse cuenta",
buscando respuestas a las cuestiones que, aunque clásicas,
constituyen la esencia de nuestro trabajo como asesores..
Preguntas como, ¿que motiva a los seres humanos a aprender?
se han visto últimamente enriquecidas con otras del tipo
de ¿a través de que procesos llegan a ser autoconscientes?.
En el marco de la búsqueda de soluciones a estas cuestiones,
muchos autores han realizado aportaciones sumamente interesantes,
incrementándose en los últimos años aquellos
que proponen abordajes desde una perspectiva de participación
activa de los sujetos en los que la autoconciencia constituya
el elemento básico de dicha interacción
Los descubrimientos científicos en relación con
el cerebro demuestran, cada vez con más evidencias, que
las infraestructuras de nuestro sistema nervioso determinan
la percepción y comprensión que cada uno de nosotros
hace de la realidad.
Varela y Maturana (1990) verifican, con sencillos ejemplos,
cómo la experiencia perceptiva (movimiento, textura,
color, espacio, tiempo, etc) de cada uno de nosotros, está
ligada a nuestra estructura de una manera indisoluble, de tal
modo que no podemos separar nuestra historia (biológica,
social...) de la forma en que captamos e interpretamos la realidad,
de cómo descubrimos, almacenamos, transformamos y utilizamos
la información.
Esta perspectiva implica la necesidad de conocer y respetar
la estructura básica de los sujetos, sus infraestructuras
perceptivo-cognitivo-emocionales, sus formas y estilos personales.
Solo a través del conocimiento de dichas características
podremos poner en marcha procesos de autoconocimiento realmente
adaptados a sus necesidades, intereses y posibilidade.
La búsqueda de un encuadre que posibilitara la aparición
de estas “formas” y que permitiera al mismo tiempo
objetivarlas, se convirtió en una de nuestras prioridades.
Consideramos que el psicodrama, suponía un planteamiento
respetuoso, no solo los contenidos surgidos en la interacción
sino, y sobre todo, con los estilos de presentación de
los mismos y los “procesos” puestos en marcha.
Entendemos que estos procesos están íntimamente
relacionados con las infraestructuras bio-psico-sociales del
sujeto, más aun son consecuencia de estas, siendo así
que, si atendemos a las “formas” surgidas, empiezan
a hablarnos del “estilo” (más que de operativa
en los mercados, vital) de los participantes en nuestros talleres
El psicodrama, es un método psicoterapéutico y
didáctico que desde el punto de vista técnico,
configura un procedimiento de acción e interacción.
A diferencia de otros enfoques puramente verbales, el psicodrama
integra en el espacio de trabajo y crecimiento tanto los elementos
verbales como los del cuerpo en movimiento, lo que lo configura
como un enfoque de privilegio para el trabajo del ser humano
en todas sus dimensiones(bio-psico-socio-espiritual.
El psicodrama contempla todas las posibilidades comunicativas
del ser humano y su eventual distorsión o patología,
generando un espacio de juego (contexto dramático) y
experimentación con otros códigos comunicativos
(construcción de imágenes) que otorgan un plus
de realidad al introducir el “como si” que multiplica
el espacio de lo posible y ejerce como facilitador en la aparición
de “formas” y “estilos” personales
La toma de conciencia de dichas formas desde ese preciso lugar
y de ese modo, facilitan el crecimiento personal y la superación
de circuitos conductuales “viciados”, abriendo todo
un abanico de posibilidades y nuevas alternativas conductuales,
emocionales, cognitivas y espirituales.
Nutriéndose en las más diversas disciplinas de
conocimiento desde su origen con J.L Moreno, (primer enunciador
de la técnica sicodramática), pasando por el notable
enriquecimiento de la escuela argentina, liderado por su fundador
J.G Rojas Bermúdez, que ha sabido nutrirlo con las aportaciones
de los más diversos campos del conocimiento(etología,
neuropsicología, simbología...), hasta la experimentación
con elementos técnico-filosóficos interculturales,
(de corte orientalista –zen, tai chi, qi gong- o procedentes
de culturas indígenas –chamanismo- ) en la que
trabajamos en la actualidad, nuestro enfoque ha posibilitado
la optimización de un espacio de trabajo en el que abordar
con garantías el difícil y duro proceso del conocimiento
personal.
Nuestro punto de partida
es el esquema de roles propuesto por J.G. Rojas Bermudez, que
utilizamos como una expresión teórica y gráfica
de la estructura de la personalidad, destacando dos elementos
que consideramos esenciales para el desarrollo de nuestro trabajo:
* La existencia de una instancia (El Nucleo del Yo) de marcado
caracter psicofisiológico que, registrada intracelularmente
durante los primeros años de vida sobre estructuras cerebrales
profundas (sistema límbico, ganglios basales), constituye
la “infraestructura orgánica” sobre la que
más tarde se configuraran y desarrollaran las estructuras
yoicas.
* Por otra parte, El Yo, constituido por registros intercorticales
y sustentado fundamentalmente en la formación más
moderna de nuestro cerebro, el “neocortex”. Esta
instancia al desarrollarse sobre los “cimientos”
neurobiológicos que constituyen el Nucleo del Yo, va
a presentar su misma fórmula estructural, aunque es distinta
a él y posee características propias.
Sobre esta instancia, en virtud de su capacidad para entender
y aprender, fundamentamos el trabajo de lo que podría
considerarse la “reestructuración cognitiva”
de los elementos subyacentes deficitarios.
Dicho trabajo de reestructuración contempla las características
diferenciales de procesamiento hemisférico, aspecto que,
junto con la fórmula estructural enunciada, entendemos
constituye la clave para el acceso a los estilos cognitivos
de los participantes en nuestros talleres.
Las experiencias de Sperry (1960), Vogel y Bogen (1969) sobre
especialización de los hemisferios y los trabajos posteriores
basados en esta línea de investigación, han propiciado
un mayor conocimiento de los papeles específicos de los
dos hemisferios así como la necesidad de un desarrollo
armónico de ambos que posibilite su complementariedad
y mejore su eficacia.
Cada hemisferio presenta especializaciones que le permiten hacerse
cargo de tareas específicas. Así, el izquierdo
está más especializado en el manejo de símbolos
de cualquier tipo: lenguaje, cálculo, álgebra,
símbolos químicos. Más analítico
y lineal, procede de forma lógica.
El hemisfério derecho es más efectivo en la percepción
del espacio, es más global, sintético, intuitivo.
Es imaginativo.
Ardila y Otrosky-Solis (1991) proponen los siguientes rasgos
diferenciales:
HEMISFERIO IZQUIERDO
1.-Codifica información sensorial con base en descripción
lingüística.
2.-Análisis Temporal.
3.-Percibe detalles.
4.-Carece de sintetizador gestáltico.
5.-Fundamental en la comunicación verbal.
6.- Procesamiento lingüístico y numérico
7.- Pensamiento analítico y secuencial.
HEMISFERIO DERECHO
1.- Codifica información sensorial en términos
de imágenes.
2.- Sintetiza espacialmente.
3.- Hace emparejamiento visual sin realizar comparaciones conceptuales.
4.- Percibe formas.
5.- Carencia de un analizador fonológico.
6.- Maneja relaciones espaciales y efectua el análisis
de las partes en relación con el todo.
7.- Reconocimiento perceptual de las cosas.
8.- Pensamiento no verbal.
Aunque cada individuo utiliza integramente su cerebro, hay interacciones
continuas entre los dos hemisferios. El observador está
en condiciones de captar en los procesos utilizados algunos
indicios que le permiten suponer que, en una tarea dada, un
hemisferio es más activo que el otro.
Esta hipótesis se ha visto avalada últimamente
por los estudios con técnicas de neuroimagen, mediante
tomografía por emisión de positrones, llevadas
a cabo durante la realización de pruebas neuropsicológicas.
El siguiente gráfico recoge con gran detalle el aumento
de consumo de glucosa en determinadas áreas en función
de la tarea propuesta al sujeto.
Tras el análisis de estos datos, muchas de nuestras dosis
de glucosa se canalizaron hacia la búsqueda de instrumentos
que posibilitaran la construcción de “puentes”
y “canales” mediante los cuales promover el “autoenrriquecimiento”
de los recursos cognitivos de nuestros clientes, teniendo en
cuenta sus características personales. Las que siguen
son algunas piezas de nuestro puzzle, intuimos que en el camino
podremos hallar algunas más.
CONSTRUIAN IMAGENES...
El trabajo con imágenes
constituye uno de los pilares sobre los que se asienta la metodología
sicodramática. La construcción de imágenes
implica en su dimensión de acto creador, la puesta en
marcha de circuitos neuronales que previamente activados y optimizados
durante la primera fase de la sesión (caldeamiento),
propician la aparición de elementos formales y de estilo
de procesamiento, posibilitando además las reaferencias
y la integración de contenidos y procesos cognitivos
en virtud de la “reflexión” en su doble acepción
(1.f.fis. Acción y efecto de reflejar o reflejarse. 2.fig.
Acción y efecto de reflexionar).
El caracter motor de la respuesta del sujeto, permite que al
tiempo que construye la imagen pueda elaborarla, completando
así a través de la realización de los actos
el “cierre” de los circuitos neuronales implicados.
Para que este proceso sea adecuado, es muy importante la premisa
que define la técnica de la construcción de imágenes
propuesta por J.G.Rojas Bermudez: “el agente (el constructor)
de la imagen, es a la vez sujeto observador de su obra”,
lo que le permite el acceso a una visión estructural
que facilita la comprensión .
Con esta técnica, apelamos a la capacidad de codificación
de información sensorial en términos de imágenes,
posibilitando la génesis de síntesis espaciales
y la percepción de formas. Prestamos especial atención
al modo en que el sujeto maneja las relaciones espaciales y
analiza las partes en relación con el todo.
El análisis de cómo un participante se relaciona
con el espacio dramatico, intrumenta los elementos y construye,
nos aporta información sobre el procesamiento que realiza
en relación a los estímulos procedentes de distintos
canales sensoriales -sentido cenestésico, visión,
audición-.
El cuerpo, cobra además especial protagonismo (se trata
de un método activo, con implicación corporal)
enviando mensajes de rigidez/flexibilidad, tensión/relajación,
ritmo, impulsividad/reflexividad, etc, que son a veces fiel
reflejo de los procesos acontecidos “dentro”.
JUGABAN...
Consideramos la participación
del cuerpo en acción uno de los elementos básicos
de nuestra metodología. A través del juego, perseguimos
mejores niveles de implicación y compromiso que inciden
en la motivación, la atención y la optimización
de los elementos sobre los que se fundamenta el proceso de autoconocimiento
y autoconciencia.
HABLABAN...
BIBLIOGRAFIA:
Además de las experiencias
compartidas en nuestros talleres, han sido fundamentales las
contribuciones de los siguientes autores:
*Chavin, M.J. “Los dos cerebros en el aula”. TEA
Editores. 1995. Madrid.
*Gazzaniga,M. “El cerebro social”. Alianza Editorial.1993.
Madrid.
*Kolb,B. “Fundamentos de Neuropsicología humana”.Editorial
Labor. 1986. Barcelona
*Lambert,J.L; Rondal,J.A. “El mongolismo”. Ed.Herder.1989.
Barcelona
*Ortíz Alonso, T. “Neuropsicología del lenguaje”.Editorial
CEPE. 1995. Madrid.
*Puente Ferreras,A. “Estilos de aprendizaje y enseñanza”.
De CEPE. 1994. Madrid.
*Palacios,J.; Marchesi, A.; Coll,C.; “Psicología
Evolutiva”. Ed.Alianza.1993. Madrid.
*Rojas Bermúdez, J. “¿Qué es el sicodrama?”.
Editorial Celsius. 1984. Buenos Aires.
*Rojas Bermúdez, J. “El núcleo del yo”.
Ediciones Genitor. 1979. Buenos Aires.
*Rojas Bermúdez, J. “Forma y contenido en psicodrama”.
Sevilla.
© Guillermo Robledo
- 2003