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EL MÉTODO.
Nuestra propuesta de trabajo se construye
en torno al método de trabajo psicodramático, enunciado
por J.L Moreno y enriquecido posteriormente por el Dr Jaime Rojas
Bermúdez, fundador de la Escuela Argentina de Psicodrama.
El psicodrama se define como un método psicoterapéutico
y didáctico que, a diferencia de otras propuestas técnicas,
hace intervenir al cuerpo, el espacio, la persona en acción.
No se renuncia a las palabras, se jerarquizan estas en el contexto
más amplio de los actos.
Esta técnica, (con la que trabajamos desde hace más
de diez años cubriendo un amplio espectro de actividades
que van desde la psicoterapia individual, la grupal y los enfoques
didáctico-terapéuticos como el que ahora proponemos),
posibilita el acceso a los elementos psicoemocionales y el trabajo
de reestructuración cognitiva de circuitos conductuales
“viciados”.
Los elementos técnicos básicos que usamos en nuestro
abordaje, son:
· Uso de la dramatización como vehículo de
acceso a elementos de un alto componente emocional.
· Técnica de inversión de roles.
· Construcción de imágenes
· El espejo
· El soliloquio
· La “roda viva”
· Técnicas de proyección hacia el futuro.
· Interpolación de resistencias
· Improvisación con personajes ficticios.
· Eco
· Técnicas sin palabras
· Sicodanza.
· Técnicas de entrenamiento autógeno
· Técnicas Eriksonianas
· Técnicas de tradición oriental cuyo uso
hemos comprobado de gran utilidad para el trabajo de la atención,
concentración, conciencia del propio cuerpo.
APLICACIÓN A LOS MERCADOS:
Seleccionamos dos elementos teórico-técnicos
entre los múltiples descritos, atendiendo a un criterio
de importancia en relación con el mundo de los mercados
financieros:
· Campo psicológico:
Tras este concepto de campo psicológico,
se esconde uno de los elementos clave para entender muchas de
las variables psicoemocionales que determinan la conducta de los
participantes en los mercados bursátiles.
Tomado de la etología y desarrollado por Kohler, entre
otros, la teoría del campo psicológico viene a decir
que el estado de ánimo determina cualitativamente el campo
perceptivo del sujeto, es decir los elementos anímicos
determinan en gran modo que elementos van a ser percibidos (selectivamente)
y de qué modo.
Un objetivo básico de nuestro taller es precisamente la
comprensión de esta dinámica del “campo perceptivo”
y de la “tensión” de campo.
La tensión de campo tiene que ver con el deseo de alcanzar
una meta y el grado de proximidad con el que se percibe la consecución
de esta.
Si el deseo desborda los recursos del sujeto –se hace muy
intenso por ej- este reacciona estrechando su campo perceptivo.
Esto explica en gran parte porqué un sujeto que, a priori,
maneja los elementos técnicos imprescindibles para moverse
en los mercados, se ve (cabría decir mejor que “no
se ve”) actuando compulsivamente en sus actos como si no
pudiese “percibir” los elementos globales. (En realidad
esto es lo que sucede).
Con la técnica que proponemos, el sujeto se mueve y toma
decisiones en un campo relajado caracterizado por la espontaneidad,
la percepción más global, la ausencia de rigidez
y el incremento de la creatividad que permite hallar la operativa
más adecuada a su “estructura” personal.
· Conceptualización y desarrollo
del esquema de roles psicodramático, como punto de partida
para la comprensión de las características del propio
rol de inversor, sus virtudes, sus puntos débiles, y sus
mecanismos más profundos.
A modo de ejemplo describimos un caso (se
omiten nombres reales):
José participa en una de nuestras dinámicas grupales,
toma la palabra para narrarnos como tomó posiciones en
un valor del mercado continuo español, dejándose
llevar por una subida vertical del valor en poco tiempo. Su impulsividad
le llevó a invertir todo su capital en ese valor que poco
tiempo más tarde empezó a caer. Su reacción
(nuevamente alentada por la impulsividad) fue la de promediar
utilizando para ello un crédito al consumo que superaba
sus posibilidades pero del que, según su fantasía,
se recuperaría fácilmente cuando el valor volviera
a subir.
Lamentablemente la acción siguió cayendo y nuestro
participante se encontró con todo su capital invertido
en un valor en caída libre con la deuda añadida
del crédito solicitado para promediar.
Lo significativo en este caso es que llovía sobre mojado.
Su impulsividad había tomado forma en esta ocasión
en los mercados pero en realidad esa impulsividad estaba contaminando
muchas otras esferas de su vida (pareja, trabajo...)
Nuestra propuesta técnica fue en este caso invitar a este
participante a que “caminara” por el escenario sicodramático,
que se moviera libremente por él intentando dar forma a
su manera de actuar en los mercados –de algún modo
se le pedía que trasladara la impulsividad descrita verbalmente
al ámbito del cuerpo y el movimiento-, con ello intentamos
incorporar elementos que vayan más allá de lo verbal,
buscar en definitiva otros códigos comunicativos-
Siguiendo la consigna dada, pasó al escenario y empezó
a caminar muy rápidamente y sin dirección alguna,
sobre ese movimiento azaroso caracterizado por la impulsividad
ya mencionada, volvía a ponerse de manifiesto la ausencia
de objetivos definidos, la inexistencia de un “camino”
a seguir. El sujeto se veía abocado a un movimiento casi
espasmódico que además no le permitía encontrar
ninguna salida.
Dicho movimiento, ponía en marcha además circuitos
internos que incrementaban su ansiedad –cada vez se sentía
peor- y lo llevaban a una dinámica no solo sin salida,
sino de ansiedad creciente.
El síntoma-problema se hizo cuerpo, se actuó con
el cuerpo, poniendo en marcha circuitos de comprensión
no explorados anteriormente
Llegados a este punto, se consigna a José, para que cese
en el movimiento y reflexione sobre lo que siente, transmite entonces
–verbalmente- a sus compañeros de grupo las “vivencias”
experimentadas durante el desarrollo del ejercicio.
Como técnica complementaria, pedimos a Manuel (un compañero
del grupo) que “imite” lo más fielmente posible
los movimientos que ejecutó José en el escenario.
El objetivo de esta técnica es posibilitar a José
la “visión” desde fuera de su actuación
en el espacio sicodramático. (Con lo cual se favorece,
a un nivel más profundo, la conciencia de su “forma”
al verla desde fuera –distanciarse- )
Pedimos ahora al propio José que comente como se “ve”
, imitado por su compañero. En sus reflexiones, devuelve
al grupo que se ha reconocido plenamente en Manuel, y que en realidad,
“eso” que vio es la historia de su vida.
José tiene 39 años, está
separado –tres veces- y no termina de encontrar el trabajo
que se adapte a sus preferencias. La impulsividad ha sido un estigma
en su vida, reconoce que siempre ha sentido una especie de “fuerza”
que le impele a moverse, da igual hacia donde, da igual de que
modo, no importa el “precio” del movimiento. Reconoce
haber descubierto algo importante para su vida, la pérdida
económica, es la única, de todas las sufridas, que
aun tiene solución.
© Guillermo Robledo - 2002
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