Querido amigo:
Como diría el inefable Borges (a quién
se que admiras tanto como yo) ojalá los dioses
me alumbren en la difícil tarea de transmitirte
algo que, por su propia esencia, se resiste a su transmisión
oral. El conocimiento de muchas de estas verdades
emana, casi siempre, de un lugar muy profundo de nosotros
mismos y que, bien sabes tú, sólo se
nos hace evidente después de un esmerado cultivo
(como en aquel cuento del bambú japonés
que tanto te gustaba)…
Recuerdo aquel día en que mientras caminábamos
entre los almendros del tío Santiago me preguntaste:
¿Existen leyes que puedan facilitarnos la
comprensión del mundo y de uno mismo?
No se si tales leyes existen, te contesté,
pero algún día me gustaría transmitirte
lo que mi experiencia me enseñó a lo
largo de todos estos años.
La vida ha querido que sea hoy ese día en que,
armado de energía y esperanza, me disponga
a intentar hacerlo.
Sobre el sentirse bien:
Se que te sentirás positivo en la medida en
que percibas que controlas tu propia vida, mientras
que te invadirá una sensación negativa
cuando notes que no ejerces ese control o cuando experimentes
que tu persona se halla influida de manera notoria
por una persona o fuerza externa.
La mayoría de los estados de estrés,
ansiedad, tensión y enfermedad psicosomática
aparecen como consecuencia de sentirse la persona
controlada o de sentir que no controla alguna parte
importante de su vida.
Si sientes que tu vida esta a merced de tus deudas,
de tu jefe, de tu delicada salud, de tus malas relaciones
o de la voluntad de otras personas, lo mas probable
es que sufras estrés. Este estrés se
manifestará en forma de irritación,
enfado y resentimiento y, si no le pones remedio,
evolucionará hacia un estado de insomnio, depresión
y malestar físico.
Te puedes sentir responsable de tu propia vida, feliz,
positivo y confiado o, por el contrario, puedes sentirte
controlado por otros, impotente, atrapado y víctima.
En cualquier caso, el hacerte con las riendas de tu
vida comienza por el control de tus pensamientos,
que es lo único sobre lo que puedes ejercer
un completo dominio. Lo que pienses acerca de cualquier
situación determinará tu sentir sobre
ella y este sentimiento determinará tu conducta.
La autodisciplina, el autodominio y el autocontrol
se consiguen desde el momento en que puedes dirigir
tu pensamiento.
Ninguna persona o situación puede hacerte sentir
algo; sólo la forma de pensar sobre una determinada
persona o situación te hace sentir eso que
sientes.
Hay dos formas de controlar cualquier situación
que te este causando estrés o malestar psíquico.
La primera es pasar a la acción, enfrentarte
a ella y hacer algo para cambiarla; en otras palabras,
imponerte a la situación y convertirla en algo
diferente. La segunda consiste en desaparecer, quitarte
de en medio. Hay veces que puedes recobrar el control
apartándote de la persona o de la situación
y dedicándote a hacer cualquier otra cosa.
En ocasiones, lo mejor que puedes hacer con una situación
que crees incontrolada es que desaparezca. Si has
acabado alguna vez alguna relación conflictiva
o has dejado un trabajo desagradable, recordarás
lo bien que te sientes cuando das por finalizada tu
lucha. Desde el momento en que decides no resistir
mas, empiezas a recobrar tu sentido del control.
Por eso es tan importante para ti tener decisión
y saber exactamente lo que quieres. La confianza en
uno mismo que da el sentirse con el control de algo,
es lo que nos hace comprender que las personas que
tengan un propósito claro y un plan preconcebido
siempre tendrán ventaja sobre las que sean
indecisas e inseguras.
Una de tus mayores responsabilidades es la de llevar
tú mismo el timón de tu vida. Este sentido
de control es la base en la que te tienes que apoyar
para alcanzar un mayor éxito y felicidad en
el futuro; asegúrate de que sea sólida
como una roca.
En la vida todo efecto tiene una causa específica.
Esta regla es tan importante que ha sido bautizada
con el nombre de «la ley de hierro del universo».
Proclama que todo sucede por alguna razón,
se conozca esta o no. No existen hechos accidentales.
Vivimos en un universo ordenado, regido estrictamente
por leyes; esta idea es crucial para la comprensión
del funcionamiento conjunto de todas las leyes o principios.
La ley de causa y efecto nos dice que hay determinadas
causas del éxito y determinadas causas del
fracaso; que hay causas específicas para la
salud y para la enfermedad y que también las
hay para la felicidad y la infelicidad. Si hay un
efecto que desees vehementemente producir en tu vida,
lo único que tienes que hacer es retroceder
hasta sus causas y repetirlas. Si hay un efecto en
tu vida que te este originando desazón, actúa
del mismo modo: retrocede hasta sus causas y elimínalas.
Esta ley es tan simple que deja perpleja a la mayoría
de la gente. Las personas, por sistema, hacen o repiten
una y otra vez aquellas cosas o situaciones que les
producen infelicidad y frustración, culpando
a los demás y/o a la sociedad de sus problemas.
Se dice que no deja de ser una forma de demencia «hacer
las mismas cosas del mismo modo con la esperanza de
obtener resultados diferentes». En cierta manera
todos hemos caído en esto en más de
una ocasión. Lo que tenemos que hacer es enfrentarnos
abiertamente a esta tendencia y tratar de corregirla.
En el libro de los Proverbios se dice que «lo
que un hombre siembra es lo que cosecha». Pues
bien, a esta versión de la ley de causa y efecto
se le llama también la ley de siembra y recogida;
o sea, que lo que siembres será lo que recogerás
o, invirtiendo la oración, lo que hoy cosechas
es lo que has sembrado en el pasado. Si en el futuro
quieres recoger una cosecha diferente en cualquier
terreno de tu vida, tienes que plantar desde ahora
semillas diferentes; esta afirmación es perfectamente
valida en el ámbito de las «semillas
mentales».
«los pensamientos son causas y las condiciones
efectos».
Tus pensamientos son las causas primarias de las
condiciones de tu vida. Todo lo que forma parte de
tu experiencia ha comenzado con alguna forma de pensamiento,
ya sea tuyo o de alguien más.
Todo lo que eres o llegues a ser, será el resultado
de tu modo de pensar. Si cambias la calidad de tu
pensamiento, cambiarás la calidad de tu vida.
El cambio de tu experiencia exterior traerá
consigo el cambio de tu experiencia interior. Recogerás
lo que has sembrado. Ahora mismo lo estas haciendo.
Lo hermoso de esta ley inmutable es que incorporándola
a tus esquemas mentales podrás tener un control
completo de tu pensamiento, de tus sentimientos y
de tus resultados. Mediante la aplicación de
la ley de causa y efecto te pondrás tú
mismo en armonía con la ley de control. Inmediatamente
te sentirás mejor y más satisfecho contigo
mismo.
Cualquier aspecto relativo al éxito o fracaso
en tu vida puede ser interpretado con arreglo a esta
ley básica.
Si siembras las causas adecuadas, cosecharás
los efectos deseados. Si tratas bien a los demás,
ellos te trataran bien a ti. Siempre sacaras de la
vida lo que inviertas en ella y, da la casualidad,
que eres precisamente tú quien lleva el control
de las inversiones.
Sobre las Creencias:
Aquello en lo que creamos emocionalmente es lo que
en definitiva se convierte en nuestra realidad. Cuanto
más intensamente creas que algo es verdad,
más posibilidades hay de que ese algo se convierta
en algo absolutamente verdadero para ti. Si tú
crees en una cosa, no es posible que te puedas imaginar
que esa cosa sea de otra manera. Tus creencias te
dan una especie de visión encajonada y hacen
que ignores toda información que te llegue
que no este de acuerdo con lo que has decidido creer.
No se cree lo que se ve, sino que se ve lo que se
cree; por ejemplo, si estas profundamente convencido
de que estas llamado a ser algo grande en la vida,
harás, pase lo que pase, todo lo posible para
avanzar hacia esa meta. No habrá nada que te
detenga.
Por otro lado, si crees que el éxito esta
supeditado a la suerte o a la casualidad, te descorazonarás
y te contrariarás fácilmente cuando
las cosas no te salgan según tu conveniencia.
Tus creencias te empujan tanto hacia el éxito
como hacia el fracaso.
Por regla general, la gente adopta una de las dos
formas que hay de mirar el mundo. La primera es la
que se llama visión benevolente. Si tienes
esta visión, lo normal es que creas que el
mundo es un sitio bastante bueno para vivir. Tienes
tendencia a ver el lado bueno de la gente y de las
situaciones y a creer que a tu alrededor llueven oportunidades
que podrás aprovechar sin problemas. Crees
que, aunque no eres perfecto, no dejas de ser en general
una persona bastante buena. Tienes fe en un futuro
en el que tienen cabida tú y los demás.Eres
por encima de todo, optimista.
La otra forma de mirar el mundo es la de la visión
malevolente. Una persona con una visión de
esta clase generalmente adopta una postura negativa
y pesimista hacia ella misma y hacia la vida. Cree
que es «inútil luchar contra el poder
constituido», que «el rico es cada vez
mas rico y el pobre cada vez mas pobre» y que
«trabajes lo duro que trabajes, si no tienes
agarraderas, no te servirá de nada».
Este último tipo de persona ve la injusticia,
opresión y la desgracia en todas partes. Cuando
las cosas le van mal, como casi siempre le sucede,
lo achaca a la mala suerte o a la maldad de la gente.
Se considera víctima.
Debido a esta actitud, no le gusta su modo de ser
ni siente respeto por si mismo.
Huelga decir que la gente que manifiesta creencias
optimistas es la que posee un carácter inquieto
y la que construye y crea el futuro. Suelen ser personas
positivas y animadas y ven el mundo como un lugar
bueno y acogedor para vivir. Han gestado actitudes
mentales que les permiten responder positiva y constructivamente
a los inevitables altibajos que depara la vida cotidiana.
Un aspecto clave de tu viaje hacia el éxito
es el desarrollo y mantenimiento de esta visión
del mundo benévola y positiva.
Quizá los mayores obstáculos mentales
que tendrás que sortear son los que te pongan
tus creencias autolimitativas. Creencias tuyas que
de alguna forma te limitan. Aquellas que te retienen
al impedirte que emprendas proyectos y que te hacen
ver cosas que sencillamente son falsas.
A veces crees que tienes una inteligencia limitada
porque tus notas académicas son mediocres o
no pasan del promedio. Puedes pensar que andas corto
en capacidad creativa o en la facultad de aprender
y recordar.
Acaso llegues a convencerte de que no rindes mucho,
o de que no eres despierto para las cuestiones de
dinero. Alguna gente piensa que no puede adelgazar,
dejar de fumar o ser atractiva para los representantes
del sexo opuesto.
Pues bien, pienses lo que pienses, si lo crees con
la suficiente fuerza, formará parte de tu propia
realidad. Y no olvides que andas, hablas, te comportas
e interactúas con los demás de una manera
acorde con tus creencias. Aun siendo tus creencias
enteramente falsas, si estas convencido de ellas,
serán para ti verdades como puños.
Solemos aceptar con excesiva facilidad que somos limitados
en algo y tendemos a ignorar o rechazar cualquier
evidencia que contradiga lo que ya hemos decidido
creer. Desconoces por completo lo que eres capaz de
hacer realmente, no seas tan rápido en venderte
barato. Niégate de entrada a aceptar limitaciones
de tu potencial, probablemente puedes hacer mucho
mas de lo que crees.
Muchas de tus creencias autolimitativas no tienen
en absoluto fundamento. Están basadas en una
información negativa que has recibido y aceptado
sin más como verdadera. Pero una vez aceptada
como verdadera, tu creencia las convierte en un hecho
para ti y hacen el mismo daño tanto si las
conoces como si no.
Sobre el deseo.
La ley de las expectativas establece que todo lo
que esperes con una determinada certeza se convertirá
en tu propia profecía de autocumplimiento.
Dicho de otro modo, lo que consigas en la vida no
tiene necesariamente que ser lo que quieres, sino
lo que esperes. Tus expectativas ejercen una poderosa
e invisible influencia que hace que las personas se
comporten y las situaciones se desarrollen según
tus previsiones.
Por tu forma de hablar sobre como piensas que resultaran
las cosas, se diría que en cierto modo estas
constantemente actuando como adivino de tu propia
existencia. Las personas acostumbradas al éxito
suelen tener autoexpectativas llenas de certidumbre
y positivismo. Esperan tener éxito, esperan
gustar, esperan ser felices, y casi siempre se salen
con la suya.
La gente que tiene poco éxito se caracteriza
por sus expectativas negativas, fatalistas y pesimistas.
Esto hace que de alguna manera las situaciones se
resuelvan de la forma esperada; es decir, tenidas
de negativismo.
La fuerza de tus expectativas esta en proporción
directa a la consideración que te merezca la
validez de la fuente. Cuanto mas grande sea la consideración
que dispenses a otra persona, mayor será la
influencia que el o ella ejercerá sobre las
expectativas que tengas de ti mismo.
Las expectativas que producen impacto en tu vida tienen
cuatro fuentes. La primera son las expectativas de
tus padres. Todos estamos inconscientemente programados
para responder más o menos a las expectativas
que nuestros padres tenían formadas de nosotros
y que nos fueron comunicadas mientras crecíamos.
La necesidad de tener el beneplácito de nuestros
padres perdura incluso después que estos no
estén ya con nosotros. Si tus padres esperaron
de ti un buen comportamiento, si te mostraron su confianza
y te estimularon de forma positiva a que tuvieses
la mejor actuación posible o que llegases a
ser lo que más pudieses, su manera de actuar
sin duda tuvo una enorme influencia en la persona
en la que definitivamente te has convertido. Si por
el contrario, como sucede en muchos casos, tus padres
no tuvieron de ti ningún tipo de expectativas
o las que tuvieron fueron negativas, puede que todavía
te sientas inconscientemente obligado a no desmentir
a tus padres.
La segunda fuente de expectativas que afecta a tu
conducta esta personalizada en tu jefe y en lo que
este espera de tu actuación en el trabajo.
La gente que depende de jefes que manifiestan expectativas
positivas suele ser más feliz en su trabajo,
tener mejor actuación y conseguir mas cosas
que aquella otra cuyos jefes adoptan posturas negativas
o criticas. Dado que las expectativas de aquellas
personas de las que dependen tus ingresos proyectan
una fuerte influencia sobre ti, no es probable que
te sientas feliz y seguro trabajando para gente con
actitudes y comportamientos negativos.
La tercera fuente esta constituida por las expectativas
que de ti tienen tus hijos, tu esposa y tus empleados.
En este caso eres tú quien tiene un fuerte
impacto en la personalidad, conducta y actuación
de la gente que busca en ti guía y protección.
Cuanto mas importante seas en la vida de la otra persona,
mas poderosamente influirán tus expectativas
en su actuación. Quizá la mas efectiva
y predecible conducta motivacional que puedas adoptar
sea la de esperar lo mejor de los otros. Ten por seguro
que entonces ellos trataran siempre de quedar bien
ante ti.
Muchas personas atribuyen su éxito en la vida
a la influencia de alguien respetable que constantemente
reconocía sus méritos y les expresaba
su confianza en que llegarían a ser algo más
que de lo que eran en esos momentos. Quizá
la cosa mas amable que puedas hacer por tu prójimo
es decirle: «Confió en ti. Se que puedes
hacerlo».
La cuarta fuente son las expectativas que tienes de
ti mismo. Lo notable de las expectativas es que puedes
fabricarte las tuyas propias. Puedes crearte tu propio
aparato mental, tu forma peculiar de abordar el mundo,
así como esperar lo mejor de ti en cada coyuntura.
Tus propias expectativas son en si mismas lo suficientemente
poderosas como para neutralizar cualquier otra expectativa
negativa que alguien pudiera tener de ti. Puedes crear
a tu alrededor un campo de energía mental positiva
si esperas con fervor sacar algo en limpio de cada
situación.
Imagínate que vas todo el día de un
lado para otro creyendo que algo bueno te va a suceder.
Piensa cuanto mas positivo, optimista y jovial serias
si estuvieses absolutamente convencido de que todo
se conjura para hacerte feliz y exitoso.
Nunca podrás elevarte por encima de lo que
marquen las expectativas que tengas de ti mismo. Puesto
que esas expectativas están completamente bajo
tu control, aseg6rate que sean coherentes con lo que
quieras que suceda. Espera siempre lo mejor de ti.
Cuando empieces a trabajar de modo consciente con
esta ley mental, te harás para siempre con
un poder que es prácticamente ilimitado. La
fuerza de las expectativas positivas puede cambiar
por si sola tu personalidad y el signo de tu vida.
Sobre la atracción:
La ley de atracción es esencial para la comprensión
de la condición humana y afirma que eres un
imán viviente. De forma inevitable atraes hacia
el círculo de tu vida a aquellas personas y
situaciones que estén en armonía con
tus pensamientos dominantes. Las almas gemelas se
atraen. Los pájaros del mismo plumaje van juntos
en bandadas. Todo lo que en tu vida hayas atraído
hacia ti, lo has hecho por la clase de persona que
eres y especialmente por tu forma de pensar.
Tus amigos, tu familia, tus relaciones, tu trabajo,
tus problemas y tus oportunidades han sido atraídos
hacia ti por tu modo habitual de pensar en cada una
de estas áreas.
Tenemos un ejemplo de esto en música llamado
el principio de resonancia simpática. Si se
colocan dos pianos separados en una habitación
grande y se golpea en uno de ellos la nota «do»,
se puede ir seguidamente hacia el otro piano para
observar que en el la cuerda correspondiente a la
nota «do» esta vibrando con idéntica
intensidad que la cuerda hermana del primer piano.
Pues bien, según este mismo principio, tú
tiendes a conocer y relacionarte con gente y situaciones
que vibran en armonía con los pensamientos
y sentimientos que te dominan.
Si miras cada uno de los aspectos de tu vida, tanto
positivos como negativos, te darás cuenta de
que todo tu mundo esta fabricado por ti y que, cuanta
mas carga emocional pongas en un pensamiento, mas
grande será la intensidad de la vibración
y mas rápidamente atraerás hacia tu
vida a gente y situaciones que sean afines a dicho
pensamiento.
Esta ley siempre esta actuando a tu alrededor. No
tienes nada mas que pensar en un amigo o en una amiga
y lo mas probable es que el teléfono este sonando
con el o ella al otro lado de la línea. Decides
hacer algo e inmediatamente después comienzan
a llegarte ideas nuevas y ayudas. Eres como un imán
atrayendo limaduras de hierro.
Mucha gente se retrae porque no sabe como trasladarse
desde donde se encuentra hasta donde quiere ir.
Con la ley de atracción, sin embargo, no es
necesario tener todas las contestaciones antes de
comenzar.
Siempre que tengas claro lo que quieres y con la clase
de gente que te conviene asociarte, terminaras arrastrándola
dentro de tu vida.
Tus pensamientos constituyen una forma de energía
que vibra a una velocidad determinada en función
del nivel de intensidad emocional que acompañe
al pensamiento. Cuanto mas excitado o temeroso estas,
mas rápidamente tus pensamientos irradiaran
de ti y atraerán hacia tu vida personas y situaciones
afines.
La gente feliz y alegre parece que atrae a otra gente
alegre y feliz. La persona que posea conciencia de
prosperidad parece que encuentra ideas y oportunidades
para hacer dinero. La ley de atracción actúa
en todas partes y en todo momento. Puedes tener más,
ser mas y hacer mas porque puedes cambiar como persona.
Puedes cambiar tus pensamientos dominantes por medio
de un riguroso ejercicio mental. Puedes autodisciplinarte
enfocando tus pensamientos hacia lo que te interese
y rehusando pensar sobre lo que no te convenga.
De la persona que utiliza la ley de atracción
de un modo positivo se dice que tiene suerte. Esta
es sin duda otra manera de intentar explicar por que
tantas buenas cosas y tanta gente provechosa se ven
acogidas en el seno de la vida de aquellos que tienen
muy claras sus metas y son perennemente optimistas
sobre su consecución.
Sobre la Correspondencia
La ley de correspondencia es quizá la más
importante de todas y es en muchos sentidos una ley
sumarial que explica muchas otras leyes. Establece
«que lo de fuera es una proyección de
lo de dentro». Nos viene a decir que tu mundo
exterior es un fiel reflejo de tu mundo interior.
Esta ley declara que puedes saber lo que esta pasando
dentro de ti con solo fijarte en lo que esta pasando
a tu alrededor.
Toda la dinámica de la vida es un ir de dentro
hacia afuera. Tu mundo externo expresivo se corresponderá
con tu mundo interno pensante y emocional.
Tu mundo externo de relaciones vendrá determinado
por la persona que lleves dentro; o sea, por tu verdadera
personalidad interna. Tu salud será la que
configuren tus actitudes mentales internas. Tu mundo
exterior de logro económico e ingresos ira
parejo a tu mundo interno de pensamiento y preparación.
La forma en que la gente responda y reaccione ante
ti será un reflejo de tu actitud y comportamiento
hacia ella.
Tu forma de conducir y cuidar tu coche se corresponderá
en todo momento con tu estado mental. Cuando te sientas
positivo, confiado y crees que controlas tu vida,
tu hogar y tu lugar de trabajo estarán bien
organizados y tu coche recibirá la atención
adecuada. Si el trabajo te agobia, te sientes frustrado
o no eres feliz, entonces tu casa, tu lugar de trabajo
e incluso el armario donde guardas tus cosas reflejaran
el estado de desorden y confusión que te invade.
En cualquier parte puedes percibir los efectos de
esta ley de correspondencia.
Todo se manifiesta desde el interior hacia el exterior.
El craso error que cometen muchas personas es que
se dedican mas bien a hacer que a ser. Creen que pueden
conseguir las cosas que quieren practicando ciertos
métodos y técnicas. Al final se dan
cuenta de que una práctica adecuada es necesaria
pero no suficiente.
Debes procurar cambiar. Tienes que convertirte internamente
en una persona distinta si quieres conseguir externamente
resultados de otra índole. Y ten presente que
este cambio de personalidad no se puede fingir por
mucho tiempo, si es que se puede fingir.
La mayoría de las personas tratan de mejorar
o cambiar algunos aspectos de su vida intentando que
sean los demás los que cambien. No les gusta
lo que ven reflejado en el espejo de su vida y se
aplican en darle brillo al espejo en vez de ir a lo
que realmente es la causa del reflejo.
Siempre te manifiestas ante los demás como
realmente eres. Raras veces puedes engañar
a alguien. Y la única forma que tienes de cambiar
las cosas externas es cambiar las cosas internas.
Una de las mas trascendentales preguntas que puedes
hacerte es: «¿Que clase de persona tendría
que ser para ganarme el respeto de la gente que me
interesa y para llevar la clase de vida que deseo
llevar?».
Sobre el pensamiento:
La ley de equivalencia mental, también llamada
ley del pensamiento, en realidad puede considerarse
como una reformación de las leyes anteriores.
En esencia nos viene a decir que los pensamientos
por si mismos toman cuerpo real. Es decir, cuando
tus pensamientos son repetidos e imaginados de forma
vívida y están cargados de emociones,
llegan a convertirse en tu misma realidad. Para bien
o para mal, casi todo lo que has conseguido en la
vida se debe a tu propio pensamiento.
Los pensamientos se convierten en cosas. Toman vida
por si mismos. Primero los tienes tú, pero
luego son ellos los que te tienen a ti. Las mas de
las veces actúas de manera consecuente con
lo que estas pensando. Al final llegas a ser lo que
piensas: si cambias tu pensamiento, cambiaras tu existencia.
Todo lo que sucede en la vida, ha sido generado por
el pensamiento. De aquí que la reflexión
sea la cualidad esencial de las personas que tienen
éxito. Llegar a ser un buen pensador implica
utilizar tus poderes mentales de tal modo que estén
en todo momento al servicio de tus más preciados
intereses.
Cuando empiezas a pensar de forma positiva y segura
sobre los aspectos cruciales de tu vida, te haces
con el control de lo que te esta sucediendo. Pones
tu vida en armonía con la causa y el efecto.
Siembras causas positivas y recoges efectos positivos.
Empiezas a creer con más fuerza en ti mismo
y en tus posibilidades.
Esperas resultados más positivos. Atraes hacia
ti más gente y situaciones positivas y pronto
los resultados externos de tu vida comienzan a corresponderse
con tu mundo interior de pensamiento constructivo.
Toda esta transformación tiene su origen en
tus pensamientos. Cambia tu modo de pensar y tu vida
cambiara o debe de cambiar. Lo único que tienes
que hacer es crear el equivalente mental de lo que
quieras experimental en tu realidad. Todo lo demás
te llegara por su peso.
Las leyes mentales actúan constantemente y,
aunque sus efectos físicos no se ven con tanta
facilidad, funcionan durante el cien por ciento del
tiempo. Si tu vida marcha bien, ello significa que
tus pensamientos y tus actividades están en
línea y en armonía con estas invisibles
leyes mentales. Por contra, si tienes problemas de
cualquier tipo, es un indicio casi seguro de que estas
transgrediré una o mas de estas leyes, tengas
o no tengas idea de ellas. Dado que son cruciales
para tu felicidad, es conveniente que te familiarices
con ellas y las integres en todo lo que hagas.
Al estudiar las vidas y las biografías de personas
que gustaron de las mieles del éxito, descubrimos
que la mayoría de ellos, consciente o inconscientemente,
seguían estas leyes y, como resultado de esto,
eran a menudo capaces de hacer en dos o tres años
muchas mas cosas que las que podría hacer una
persona normal a lo largo de toda su vida. De hecho,
todos los éxitos que dejan huella son consecuencia
de organizar la vida de acuerdo con estos principios
generales.
¿Que es lo que hay en tus actitudes, creencias,
expectativas y comportamientos que te esta causando
problemas con los demás? , ¿Qué
es lo que piensas sobre tu peso, forma física,
apariencia personal, dieta y descanso ? , ¿De
qué modo estas creencias te están ayudando
o perjudicando? , ¿De qué manera tus
pensamientos afectan a tu trabajo, a su calidad y
al nivel de satisfacción que obtienes de lo
que haces ? , ¿Qué es lo que te gustaría
incrementar o mejorar? ,¿Cuáles son
tus aspiraciones y expectativas en lo concerniente
a tu bienestar material? , ¿Cuánto te
gustaría ganar y por qué ? , ¿Cuáles
son las creencias, las actitudes y las expectativas
que hoy en día están configurando tu
mundo? , ¿Cuál de ellas necesitas que
cambie ?
Si eres sincero contigo mismo, te darás cuenta
de que el pensamiento es limitado al enfocar alguno
de los aspectos anteriores. Se trata de un fenómeno
absolutamente normal. Encarar con sinceridad los hechos
que a uno le afectan es el punto de partida de nuestra
mejora personal.
Sobre el Amor:
¿Y qué podría contarles yo a
ustedes sobre el amor que ya no sepan?...
Ha sido un placer estar con todos ustedes. Si han
llegado hasta aquí, gracias. Espero que mis
sinceras y humildes palabras puedan serles de alguna
utilidad.
Un saludo.