Tratamientos de Pareja
Articulo publicado por la Revista Psyche
Año IV 1998 nº 6
Jose Luis Catalán
Asistencia Psicologica Ramón Llull
jcatalan@correo.cop.es

 
 
 

Una de las razones por las que ha aparecido históricamente la necesidad del consulting a parejas-familias es debida al hecho de que aunque hubiera un miembro identificado como el que tiene un trastorno psicológico (el motivo de la consulta clínica inicial), cabe pensar que el resto de la familia puede jugar un papel:

-coodeterminante en la génesis del problema

-ayudando al mantenimiento de los síntomas (conductas contraproducentes, refuerzo secundario, desplazamiento vicario de problemas, etc.)

-siendo elementos terapéuticos claves en la rehabilitación (cooterapia, asesoramiento a padres sobre como solucionar ellos ciertos problemas educativos de los hijos)

Un ejemplo sencillo de este enfoque puede ser el tratamiento de algunas disfunciones sexuales en los centros de Planificación y Orientación Familiar, los grupos de familiares en las adicciones o en el trabajo familiar realizado en los servicios de psiquiatría.

A medida que la sociedad ha demandado ayuda psicológica para las dificultades de convivencia, comunicación y en general para los distintos problemas que surgen en los proyectos de pareja a lo largo del tiempo, se ha ido desarrollando un campo especializado de actuación para psicoterapeutas y orientadores.

El mundo de la pareja es particularmente enrebesado porque en él se aunan una compleja red de necesidades y deseos difíciles de armonizar, y que la misma cultura se encarga de exacerbar aumentando el nivel de exigencia:

a) creando ideales muy ambiciosos de realización individual -el miembro de una pareja contemporánea no está dispuesto a renunciar a él mismo en aras de una familia- (1).

b) un modelo de amor muy exigente (la educación sentimental nos lleva a menudo a esperar niveles de enamoramiento y amor prolongado en el tiempo de una calidad muy superior a las que podemos derivar de unas habilidades reales limitadas (2)

c) un vínculo materno-paterno-filial más cálido e íntimo que el de nuestros antepasados (mucho menos interesados en lo que respecta al amor que al temor o la explotación derivada de una influencia marcadamente patriarcal (3). Estas relaciones deseables padres-hijos que choca con un marco de escasez de tiempo dedicado a los hijos (que puede tener extensos horarios escolares y extraescolares, además de tener que competir con los intereses amplios y sofisticados de los padres.

d) la importancia de la vida social y laboral en la pareja (el cultivo de la amistad, la formación continuada, etc.)

Además de estos ambiciosos ideales y las dificultades que conllevan en la práctica, tenemos que enfrentarnos con situaciones de fracaso -separación y divorcio- (el DSMIV reconoce ya la 'Ansiety Separation Disorder' en niños y está tan ampliamente reconocida las dificultades psicológicas de la separación que en cada ciudad hay una o varias organizaciones de autoayuda para brindar apoyo a las personas en esta situación) y con nuevos modelos de relación que surgen de ello: familias monoparentales, nuevas parejas y relaciones con padrastros y madrastras, etc. (4).

Podemos agrupar el tipo de problemas que puede orientar la práctica profesional del especialista en terapia familiar y de parejas:

Dificultades de constitución de la pareja

Desde las dificultades para encontrar una por carecer de habilidades para ligar, inhibición excesiva, maniobras de auto-sabotaje, o no saber encauzar una relación íntima y profunda más allá del estadio inicial, pasando por las operaciones estructurales de desligue con la familia de origen y en general con la 'vida independiente' para poder hacer vivir una nueva relación estable.

Convivencia

En este capítulo incluiríamos las dificultades para obtener gratificación mutua dos personas con expectativas o valores diferentes:

a) Flaqueando en las habilidades más básicas de comunicación -(expresión de sentimientos e ideas, saber hacer peticiones o la capacidad de negarse), de confrontación constructiva, de negociación y transacción (5)

b) Problemas en el manejo de las expectativas y las interpretaciones distorsionadas que cada miembro de la pareja interpreta en el otro ('nunca me haces caso', 'si haces eso es que no me quieres', etc.) (6).

Crisis de cambio

Dentro del proceso natural de la pareja está la trasformación a lo largo del tiempo de las personas individuales y de acontecimientos de cambio estructural tales como la llegada de un hijo, emigración, cambio de trabajo, muertes, etc. (7). El ideal de máximo enamoramiento sería que ese máximo fuese estable, pero la flecha del tiempo es irreversible, de forma que cada segundo tiene que ser distinto del anterior, y constantemente hay que recrear la relación de nuevo en una situación distinta (también cambia el mundo a nuestras espaldas). Estas crisis de cambio de la pareja pueden ser contempladas como 'escalones de maduración' y lo que hasta un cierto momento se había mantenido en calma o satisfactoriamente de pronto genera problemas e insatisfacciones (ya no nos hacen gracia o nos producen amor las mismas cosas). La pareja es puesta a prueba y puede diverger o descarrilarse en este punto de bifurcación o bien puede converger en una nueva etapa.

Conductas circulares

La conducta individual influye y es influida por el otro miembro de la pareja generando bucles de conducta en los que es difícil saber si uno inició un acto inducido por una motivación propia propositiva o reactiva a la respuesta anterior o esperada del otro. Las 'buenas intenciones' de arreglar un problema lo pueden empeorar, o verse en la práctica haciendo todo lo contrario que el sujeto pretendía hacer. Las investigaciones de Bateson del 'Double Bind' (8) y las de Watzlawick en el terreno de la comunicación de primer y segundo orden (9) han proporcionado herramientas teóricas y técnicas de intervención en lo que podríamos llamar -metafóricamente, claro está- 'patologías de la relación'.

Las estructuras

Justo cuando la pareja ha logrado un sistema diádico satisfactorio la llegada de los hijos rompe de nuevo las reglas del juego y exige grandes demandas de adaptación a la nueva situación, y por lo general también puede producir una recomposición de los vínculos externos, aparecen nuevos roles que las personas deben desarrollar y en el reajuste general o en la configuración de nuevo sistema familiar puede aparecer -también hablando metafóricamente- 'patologías del sistema', tales como la falta de límites entre el subsistema parental y el filial (Minuchin)(10), 'Mitos familiares' o estereotipos infundados o inactualizados que fundan y sujetan las relaciones familiares (Ferreira), la homeostasis anti-cambio o activa búsqueda de un modus operandi por el cual los intentos de cambio de cualquier miembro de la familia es automáticamente neutralizado por cualquier otro. (11). Sobre estas modalidades de trabajo nacidas del pensamiento 'sistémico complejo' (12) han nacido múltiples desarrollos teórico-técnicos de intervención (13).

Los hijos

En el tratamiento de niños y adolescente con problemas puede tener una importancia considerable las variables familiares, desde los beneficios secundarios de la enfermedad (por ejemplo mantener unidos a los padres que el hijo presiente con la amenaza de separación) hasta la indución indirecta (eres un desastre total, nunca serás nada en la vida, eres malo, etc), la asfixia de la autonomía (ver, por ejemplo, la necesidad de independencia como signo de desamor), doble lenguaje o disimulo del rechazo ('tu no ves que te quiera porque no te quiero sino porque no me quieres lo bastante') (14).
 

Notas

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(1) Anthony Giddens, Modernidad e identidad del yo, El yo y la sociedad en la época contemporanea, Ed. Península, Barcelona 1994. Kenneth Gergen, Realidades y relaciones, Arproximaciones a la consturcción social, Ed. Paidos, Barcelona 1996.

(2) D. Rougemond, El amor y occidente, Ed. Kairos, Barlona 1978. Edgar Morin, El hombre y la muerte, Ed. Kairos, Barcelona 1994.

(3) Coulanges, La ciudad antigua, Ed. Edaf, Barcelona 1968.

(4) Nerina Jansen, La teoría de las generaciones y el cambio social, Ed. Espasa-Calpe, Madrid 1977.

(4) Espina, Pumar y Garrido (comp.), Problemáticas familiares actuales y terapia familiar, Promolibro, Valencia 1995.

(5) Liberman, Wheeler, Visser, Julie y Timothy Kuehnel, Manual de Terapia de Pareja, Ed. Desclée de Brouwer, Bilbao 1987.

(6) Aaron T. Beck, Con el amor no basta, Ed. Paidos, Barcelona 1996.

(7) Joan Aldous, Family Careers, Developmental Change in families, Ed John Wiley, New York 1978.

(8) Bateson, Seps to an Ecology of mind, Ed. Chandler, New York, 1977,(trad. Francés: Vers une ecologie de l'esprit, Ed. Seuil, París 1977). Gregory Bateson y otros, Hacia una teoría de la esquizofrenia, en Interacción familiar, Ed. Tiempo Contemporaneo, Buenos Aires 1971.

(9) Watzlawick, Bavelas y Jackson, Teoría de la comunicación humana, Ed. Herder, Barcelona 1993.

(10) Salvador Minuchin, Familias y terapia familiar, Ed. Granica, Barcelona 1977.

(11) Watzlawick, Weakland, Fich, Cambio, Ed, Herder, Barcelona 1994. Fich, Weakland, Segal, La táctica del cambio, Ed. Herder, Barcelona 1994.

(12) Edgar Morin, El método 1-4, Ed. Catedra, Madrid 1992.

(13) Wittezaele y Teresa García, La escuela de Palo Alto, Historia y evolución de las ideas esenciales, Ed. Herder, Barcelona 1994; Luigi Cancrini, La psicoterapia: gramática y sintaxis, Paidos, Barcelona 1991.

(14) H. Charles Fishman, Tratamiento de adolescentes con problemas, Ed. Paidos, Barcelona 1989.

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