EL NIÑO FELIZ
 
 

    1. Propósito del libro.
    2. Temas tratados en él.
    3. Su utilidad.
    4. Referencia de la obra.
 
 
 
 

1. Propósito del libro.

La autora comienza el libro expresando una carencia, que a su entender, tiene nuestra cultura. No se nos ha preparado para llevar a cabo la tarea de ser padres. Por ello pretende que su obra contribuya a orientar a los padres en el complejo y potencialmente gratificante ámbito de las relaciones con los hijos.

El punto de partida e idea que impregna toda la obra, es que sólo podremos ayudar a nuestros hijos a satisfacer sus necesidades si somos capaces de satisfacer las nuestras, ellos sólo podrán respetarse y sentirse valiosos si esa es nuestra actitud interna hacia nosotros mismos.

Dorothy Corkille mantiene una concepción positiva del ser humano y por ello espera que el libro sea útil para los lectores, propicie la reflexión y facilite la adquisición de nuevas estrategias. Pero que en ningún caso nos lleve a experimentar sentimientos de culpabilidad, pues cree que la persona se adapta con facilidad, incluso en los ambientes más desfavorables, la salud es una tendencia natural y cualquier momento en la vida puede ser una oportunidad espléndida para el cambio y el crecimiento psicológico.

2. Temas tratados en él.

La autoestima es un concepto que la autora considera central en la educación de los hijos. Sólo el niño que se sienta valioso y digno de ser quien es será capaz de manejarse a sí mismo y a su entorno. Construirá su autoimagen a través de las experiencias que tenga y con las actitudes que perciba de los demás.

Es fundamental comprender la importancia que tienen las expectativas en nuestro comportamiento. Por ello debemos vigilar las que tenemos sobre nuestros hijos. Serán más ajustadas cuanto más próximas se encuentren a los hechos y sean fruto de la observación. El revisarlas continuamente provocará que sean más coincidentes con el momento del desarrollo del niño, evitando así las posibles decepciones.

La autora revisa varios factores que conforman la seguridad psicológica y que por ello deberíamos cuidar en la relación con nuestros hijos: la confianza, el no juzgar la persona del niño si no sus actos, la seguridad de sentirse apreciado y dueño de sus propios sentimientos, comprender sus puntos de vista y concederle la libertad de crecer de manera única.

La obra ofrece orientaciones y sugerencias para manejarnos en el delicado mundo de los sentimientos. Afirma la autora que mientras los actos pueden necesitar limitación no debe tenerla la expresión de los sentimientos, excepto con quién, cuándo y dónde se efectúa.

Para propiciar el crecimiento intelectual será necesario que fomentemos en el niño las actitudes de exploración. Si valoramos sus sentimientos como exclusivos de él tenderá a una creatividad sin trabas.

El último aspecto que trata es el de la educación sexual, ésta consiste no sólo en enseñar los hechos de la reproducción, si no el fomento de actitudes saludables hacia el cuerpo, los sentimientos, el rol sexual y el yo.

3. Su utilidad.

Ofrece información y estrategias concretas para poder afrontar la relación con nuestros hijos. Nos invita a reflexionar sobre nosotros mismos, nuestras expectativas y nuestras actitudes sobre los actos y los sentimientos que tenemos. Nos anima a aceptar nuestras propias emociones y conductas, nos tranquiliza porque nadie hace todo bien en todos los momentos y al completo y nos ayuda a concluir que cualquier momento es bueno para desarrollar de una forma más amplia nuestros recursos personales en esta área tan importante de nuestra vida.

4. Referencia de la obra.

Dorothy Corkille Briggs: El niño feliz. Su clave psicológica. Gedisa, 1981, Cuarta Edición.
Título Original: Your Child's Self-Esteem.
 
 
 

Vuelve a página principal
Vuelve a la página principal