Angel Marín Tejero - Psicólogo Clínico - amarin@cop.es

AGORAFOBIA (Más reflexiones)

Voy a proponer una definición de agorafobia que esta implícita en las existentes hasta ahora, pero cuya reformulación espero aporte alguna luz. Es una definición arriesgada, pues no se ocupa de lo obvio, los síntomas, ampliamente descritos en otros sitios, sino que trata de señalar una causa.

Entiendo que una definición ha de ser corta y sintetizar lo esencial de lo que trata. Veamos...

Agorafobia.- Actitud de retraimiento que, acompañada o no de síntomas físicos, tiene su origen en el rechazo inconsciente de situaciones no deseadas, de las que resulta un componente afectivo que es ignorado como mejor solución para su manejo, por el temor al supuesto rechazo social de los sentimientos resultantes. La urgencia del síntoma dificulta la posibilidad de conciencia.

El ejemplo ...

  • Situación no deseada, o su simple anticipación.-
    • Espera en la larga cola de la caja del supermercado
    • Una visita no deseada
    • Una obligación rechazada
    • Un supuesto fracaso...
  • Sentimiento acompañante.-
    • De fastidio, de ser agredido, de querer agredir, de ridículo, de querer huir, ....

      Asi es la situación para todos los que esperamos o nos vemos en una sitación no deseada, pero al agorafóbico se le hace difícil reconocer lo que siente porque teme ser criticado por ello, de modo que lo que sí puede aflorar a su conciencia es "me estoy mareando", que es más fácil de plantear que "no aguanto la situación" o lo que sea más ajustado al momento, pero que en su temor podría acarrearle un rechazo social, ya que los demás sobrellevan lo que a él le descompone sin saber por qué. Éste comportamiento neurótico dificulta la aceptación del problema que daría paso a la adaptación a la cambiante realidad.

La siguiente vuelta de tuerca va sobre el temor de ser criticado, de no ser aceptado por pensar o sentir lo que esta pensando o sintiendo, de no ser reconocido como ser válido. Discrepar es vivido como un peligro. Temor que acaba instalando la duda permanente sobre la propia valía.Tal vez esto suene...

  • No defiendo mis derechos porque iría contra mi imagen de buen chico.
  • Haga lo que haga, no consigo que mi madre este contenta (que me quiera).
  • Valgo tan poco que solo encontraré pareja entre lo peor de lo peor.
  • Si salgo del armario seré perseguido y mato a mi madre del disgusto.
  • Me miro al espejo y no me gusta lo que veo.
  • Dentro de mi hay otra que siempre me esta diciendo que no valgo para nada.
  • Me siento incapaz de defender mi trabajo.
  • No puedo hablar en público, me bloqueo.

La búsqueda de solución a estos padecimientos, es un camino personal que cada uno recorre por si mismo, en el que mis pacientes me han permitido ser compañero de excepción. A continuación, y a modo de ilustración, compartiré algunos de esos breves instantes en los que aparece un comentario indicativo del proceso interior que ocurre en los pacientes durante la terapia. Todos arrancan de una especie de insight común que se podría escenificar con un ...

"Me doy cuenta de...

  • ... que me siento mejor cuando confio en que se me va a pasar (...el mareo, el ahogo, la taquicardia, etc.)
  • ... que trato de meterme en la cabeza de los demás para controlar lo que piensan.
  • ... que me empeño en que los demás hagan las cosas como yo quiero.
  • ... que me pongo enfermo para no ir donde pienso que se van a reir de mi (donde no quiero ir).
  • ... que me siento mejor ahora que voy confiando en mis capacidades.
  • ... que ahora que noto que me quieren no trato que me lo demuestren con la ansiedad con que lo buscaba antes.
  • ... que me cuesta respetar el ritmo de las cosas.
  • ... que empiezo a afrontar las cosas conforme me vienen, sin tanta anticipación.
  • ... como he llegado a esta situación.
  • ... de lo importante que es para mi saber que puedo contar con alguien y al mismo tiempo respetarle.
  • ... el miedo que me da discutir con quien quiero por si pierdo su afecto.
  • ... de mis necesidades y limitaciones.
  • ... de que siempre he tratado de ser perfecta/o.
  • ... de que me ocupo de los demás y no encuentro tiempo para mi mismo/a.
  • ... de que nunca nadie me había escuchado, ... de que yo nunca me he escuchado.

hay muchos más, pero no quiero aburrir con la exhaustividad.

El camino que cada uno recorre es distinto. Aunque se pase por lugares comunes y aun pisando el mismo lugar, la subjetividad siempre es distinta. Esa es la riqueza, y para algunos motivo de sufrimiento.

Febrero del 2002 en Madrid.

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Angel Marín Tejero - Psicólogo Clínico - amarin@cop.es