Angel Marín Tejero - Psicólogo Clínico - amarin@cop.es

AGORAFOBIA

¿ Cómo son las terapias ?

Algunos pacientes, unos por curiosidad, otros por desconfianza, y haciendo uso de su pleno derecho a saber, preguntan ..., "¿ y ésta terapia, en qué consiste ?", "¿qué es lo que vamos a hacer?", "¿cómo se llama ésta terapia?", "¿es conductista ...?" ... ; esto nos lo encontramos en el modelo psicológico.

Mis respuestas a éste tipo de preguntas siempre han sido un poco evasivas, como no podían ser de otra forma, por varios motivos, a saber:

  • Se plantean cuando todavía no se conoce al paciente ni lo que puede ser más adecuado para él.
  • Exigen una síntesis del conocimiento del terapeuta, que sólo sirve para calmar las ansiedades del paciente.
  • Se buscan etiquetas con el consiguiente peligro de acomodarse en ellas.
  • Como terapeuta, sí tengo métodos y conocimientos que irremediablemente se amalgaman con mi persona para ofrecer un quehacer terapéutico, pero éste, es cambiante en función de la situación, se ha de adaptar a cada paciente, pues cada uno de ellos es un caso único, por muy similar que pueda parecer a otros.

De algún modo las preguntas me han llevado a preguntarme ..., Angel ¿qué estas haciendo?, ¿cómo lo haces?; pues ya se sabe, cuando corres, estas corriendo, pero conviene reflexionar sobre la propia carrera de vez en cuando, por si hay que corregir el estilo o la dirección.

Ahora, solo después de haberlo hecho unas cuantas veces, me doy cuenta de cómo estoy integrando distintas técnicas psicológicas en el abordaje del problema agorafóbico.

  • La empatía Rogeriana, que me permite estar más cerca del paciente.
  • La modificación de conducta para la identificación y aproximación al problema, e identificación del estímulo - respuesta, así como creencias y pensamientos asociados.
  • La Gestalt para el enfoque del problema, para poner al paciente en situación de "aquí y ahora", haciendo más visible su sentimiento.
  • El Análisis, que me permite interpretar la situación y ofrecer al paciente una reformulación, en el momento y la forma para él adecuados, de su vivencia, iluminar aspectos de su experiencia que él mismo no se está permitiendo observar.

Veamos un ejemplo, sobre un caso real, que ilustra éste modo de hacer ....

Paciente (P), Psicólogo (Ps).

P.- Fui a hacer unas gestiones al XXXXX y no podía esperar, me empecé a sentir fatal, sabía que en cualquier momento me iba a dar (la crisis agorafóbica).

Ps.- ¿A qué habías ido allí?.

P.- A llevar unos papeles que me habían pedido.

Ps.- ¿Entonces no estabas allí por tu gusto?. Estabas obligado.

P.- Si, son unos &&&@! que no hacen mas que poner problemas.

Ps.- ¿Qué pensabas de la persona que os estaba atendiendo?.

P.- Se lo tomaba con alma, no le importábamos nada, se merecería estar en el paro para ver si espabilaba, el muy &&&@!.

Hasta aquí fue la identificación del problema, y el posicionamiento consciente, las cogniciones y pensamientos que le surgen y que el paciente es capaz de verbalizar por sí mismo de la situación.

Ps.- Ahora, cierra los ojos, y ponte mentalmente en aquella situación, visualiza la sala, los que estáis esperando, a la persona que os atiende y a ti mismo. ¿Cómo te sientes?, descríbemelo.

P.- Me siento mal, con un nudo en el estómago. Estaba sudando y con el corazón acelerado, creía que me iba a dar.

Aquí identificamos las sensaciones, el paciente no verbaliza su sentimiento, por lo que no puede cerrar la situación con una respuesta adecuada, y lo que hace es huir de su malestar.

Ps.- Fíjate que situación tan curiosa, mira a ver que te parece, vas a ese lugar por un asunto que te obligan, no estas allí por tu voluntad, te hacen esperar, y quien te hace esperar es un empleado cuya actitud te molesta, yo diría que te irrita, es más, te cabrea. Es una situación frecuente en la que muchas personas también se sentirían como tu, irritados, pero tu no tomas conciencia de que te estas poniendo nervioso por la situación de espera y pasividad del empleado que te toca aguantar. Tu nerviosismo lo interpretas como el preámbulo de una crisis.

Estabas así, sin saberlo, porque no le podías decir lo que pensabas (no convenia) al &&&@! del empleado. El corazón acelerado, el sudor, etc., era parte de tu emoción, de la que no eras consciente, de tu enfado, era la preparación de tu cuerpo para pelearte con él, pero no podías hacerlo, asi que para cerrar la situación, las únicas respuestas posibles eran, o bien una crisis de pánico por no saber lo que te estaba ocurriendo ( si el corazón me late así será porque me estoy muriendo), o bien alejarse del lugar en el que se da el conflicto (huida agorafóbica).

Ésta fue la parte correspondiente al Análisis.

El paciente fue cayendo en la cuenta de más situaciones que realmente le importunaban y hasta entonces no había reconocido como tales, habitualmente se ponía nervioso ante ellas sin dar una respuesta adecuada, ni siquiera ser consciente de ello, simplemente las evitaba.

Este paciente bautizó este proceso como de "diferenciación", y creo que adecuadamente. Diferenciar y no confundir el malestar, el nerviosismo que nos puede producir una situación desagradable, no deseada, con que eso sea el inicio de un proceso fatal.

Lo anterior solo es un ejemplo y parte de una sesión terapéutica (telefónica). También se analizó su personalidad, su estilo de respuesta, su forma de relacionarse social y familiarmente, y fuimos viendo que aunque la manifestación del problema solo presentaba una cara, la agorafobia, también estaba implicado su perfeccionismo, su deseo de controlarlo todo, de quedar bien, su dificultad para decir "NO", la imagen que quería mantener y su alto coste personal, etc.

Bajo estas líneas, un esquema orientativo que pretende ilustrar como desde un mismo punto, el de las propias sensaciones físicas, se puede entrar en un bucle autoreforzante de las sensaciones a la crisis, o encontrar una vía alternativa por la que se recuperan los sentimientos de los que el agorafóbico suele olvidarse. El paciente censura su parte afectiva y pretende funcionar solo en el nivel intelectual; pese a todo será difícil que engañe a su cuerpo, y éste le lanzará mensajes de que está preparado para responder a la emoción del momento, mensajes que el paciente mal interpreta como síntomas catastróficos, como si pensara ..."si yo estoy bien ahora, no me voy a pelear con nadie, nadie ni nada me molesta, no hay nada que me haga sentirme mal (negación), ¿por qué se me acelera el corazón?, ¿por qué me ahogo?, ¿por qué no puedo respirar?, ¿por qué .....?.

 

esquema agorafóbico

Volver a página principal

 

      

 

Angel Marín Tejero - Psicólogo Clínico - amarin@cop.es