¡ QUÉ NERVIOS ¡

Querido lector, este es el primer artículo que escribo en "EL PELÍCANO", revista mensual dedicada al ocio y tiempo libre. Pues bien, de aquí en adelante, trataré diferentes temas relacionados con la Psicología, dado lo importante que resulta el equilibrio psicológico para disfrutar, precisamente, de nuestras aficiones y tiempo libre.

Por ejemplo un tema interesante para este mes cargado de exámenes, entregas de trabajos, proyectos y demás, puede ser la ansiedad. Esa sensación de nervios, tensión y agitación. Para empezar, decir que es una reacción completamente normal que nos permite enfrentarnos a diferentes situaciones con mayor probabilidad de éxito. Cuando un examen nos preocupa, estamos nerviosos y nos ponemos a preparar ese examen mucho más motivados que si nos diera exactamente igual. Es decir que para emprender cualquier actividad es necesaria una cierta dosis de ansiedad, ahora bien si esa ansiedad sobrepasa ciertos límites, en lugar de constituir una ayuda para nosotros, puede convertirse en algo negativo, que disminuye nuestro rendimiento y que puede convertir en difíciles situaciones aparentemente triviales.

La ansiedad empieza a ser un problema cuando sus síntomas tienen una intensidad exagerada, se mantienen durante largos periodos de tiempo, se presentan en situaciones aparentemente no amenazantes o en cualquier caso, cuando su presencia constituye un problema para la persona que lo padece.

¿Cómo se manifiesta la ansiedad que es motivo de consulta a un profesional?. Con nervios y preocupación excesiva sobre una amplia gama de acontecimientos y actividades, como pueden ser el rendimiento escolar o laboral. La persona que padece ansiedad, se pone siempre en lo peor y le resulta difícil controlar ese estado de constante preocupación. Inquietud e impaciencia, facilidad para el agotamiento, dificultad para concentrarse o tener la mente en blanco, irritabilidad, tensión muscular, dificultad para conciliar o mantener el sueño o sensación al despertar de sueño no reparador, palpitaciones y temblores, aumento de sudoración, respiramos con dificultad, sensación de desmayo, nos movemos con rapidez o permanecemos inmóviles, puede apetecernos llorar, realizamos nuestras actividades con torpeza.

La persona con niveles altos de ansiedad suele sentirse insegura, perfeccionista, necesita constantemente la aprobación de los demás para que les confirmen si lo que hacen está bien o no.

Bien es cierto que no toda ansiedad llega a manifestar unos síntomas tan problemáticos, puede ocurrir, sin embargo, que tengamos un nivel molesto de ansiedad ¿qué actividades pueden ayudarnos en esta situación?, ejercicios de relajación, deporte, pasear, salir con amigos... En general, cualquier actividad que nos resulte placentera.

Cabe hablar aquí de la importancia de las aficiones, de lo necesario que resulta tener un hobbie al que dedicar nuestro tiempo libre sin más objetivo que distraernos y disfrutar de un rato agradable sin prisas ni presiones de ningún tipo.

Esa actividad a la que dedicamos nuestro tiempo libre, nos sirve para relajar y diversificar la actividad, de manera que supone un auténtico complemento a las actividades cotidianas.

Con los hobbies podemos poner en marcha aquellos valores y capacidades que no podemos poner en marcha a través de nuestras obligaciones cotidianas (trabajo, estudios...). Desde un punto de vista psicológico, los hobbies son algo necesario, no sólo para evadirnos de los problemas que tengamos sino para desarrollar capacidades que nos hagan sentir mejor.

SILVIA BAUTISTA

Publicado en El Pelícano, Julio de 1.998

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