LOS CELOS,

ESOS TRAICIONEROS

Todo empieza como un coqueteo, una ilusión, un sentirse absorbido, estar encantado, dudar, tener celos, desear físicamente, percibir las dificultades de entendimiento, decepcionarse, volverse a entusiasmar: Enamorarse, encontrarse con la persona con la que uno quiere compartir la vida.

Y una vez que hemos encontrado a esa persona tan especial, ¿podemos perderla?. Estamos tan felices, que nos parece imposible ya, vivir sin ella. Nuestra inseguridad puede hacernos pensar que no merecemos alguien tan especial a nuestro lado, o que algo tan bueno no puede ser verdad, que lo tenemos que perder de un momento a otro. Quizá experiencias pasadas, donde ese príncipe o princesa no fue tan ideal como parecía en un principio, o no nos quería tanto como decía, nos hacen pensar que esta vez tampoco funcionará.

Nuestra pareja sigue siendo tan encantadora como siempre, pero nosotros inmersos en mil pensamientos neuróticos somos incapaces de verlo. Nos olvidamos entonces, de disfrutar el presente que tenemos y de cuidar nuestra relación con pequeños detalles diarios.

Estamos seguros de nuestros sentimientos y de los suyos, pero empezamos a percibir amenazas en el entorno que ponen en peligro nuestra confianza. Otra persona más atractiva, más inteligente, más... es igual, la inseguridad la ponemos nosotros, y sabemos buscar aquello que nos hará dudar más, aquello que nos hará más daño. No queremos perder esa persona que tan felices nos hace, pero empezamos a comportarnos de manera diferente, precavidos, artificiales.... La comunicación sincera se dificulta, y somos nosotros quienes podemos llegar a producir un distanciamiento real de la persona con la que queremos vivir.

¿Qué cosas nos hacen sentir celosos? Aquello que más nos duele, inseguridades y complejos hay para todos los gustos. Y como todo es una cuestión subjetiva, al final sabremos dar la vuelta a lo que haga falta para justificar nuestra preocupación, llegando incluso a perseguir y espiar a nuestra pareja.

Hay algunos tipos de personalidad que suelen ser más celosos, como los, desconfiados, inseguros, narcisistas, necesitados de estimación o histéricos. Pero en cualquier caso, los celos, producen un gran deterioro en la relación y pueden acabar con ella.

¿Qué hacer? Vigilar nuestra autoestima, nuestra independencia, cuidar nuestra relación sin suponer finales trágicos, permitiéndonos disfrutar el presente y mirando con ilusión el futuro.

SILVIA BAUTISTA

Publicado en El Pelícano, marzo de 1.999

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