¿ESTÁS CON LA DEPRE?

El otro día leí, en alguna parte, algo sobre la depresión. Decían que las personas deprimidas tienden a recordar constantemente sus fracasos, los aspectos negativos de su vida y se recrean en ellos, los agrandan, exageran y terminan generalizando esos hechos negativos (que pueden ser reales o no) hacia su vida futura. Con lo cual terminan sientiendo gran temor por su futuro, les asusta cualquier proyecto nuevo, porque piensan que volverán a fracasar, y ante la posibilidad de volver a sufrir, prefieren inhibirse, no participar, no ilusionarse.

Olvidan, sin embargo, todo lo bueno que les haya podido ocurrir, o lo explican como fruto de la casualidad. Llegan incluso a interpretar de manera muy especial, aquellas cosas que les ocurren, dando la vuelta a todo para que acabe pareciendo gris y horroroso. Se sienten, al final, incapaces de dirigir su propia vida.

Dificultad para conciliar el sueño, dolores de cabeza y cansancio generalizado sin motivo aparente son síntomas muy frecuentes.

Fijaros por ejemplo en María, tiene 25 años y una tristeza que la desborda. Cuando la vemos en consulta, había hecho ya dos intentos de suicidio.

Aparentemente todo funciona con normalidad, en casa hay buen ambiente familiar, no existen graves problemas económicos, ni de salud en ninguno de sus miembros, salen de vacaciones de vez en cuando. Ella estaba estudiando una carrera que le gustaba, y salía con sus amigos los fines de semana, cuando no tenía que estudiar.

Es una chica muy guapa, incluso el verano pasado, fue elegida Reina de las Fiestas en el pueblo que habitualmente veranea y pasa los fines de semana.

En casa dicen que es una chica normal, que tiene mucho éxito con los chicos, porque como es tan mona pues nunca le faltan admiradores. Es también algo reservada, sobre todo con nosotros (sus padres) pero lo normal en los jóvenes.

Ella, cuando oye estos comentarios por parte de su familia, pone caras de no estar muy de acuerdo. Dice que es verdad que los chicos la miran y la dicen cosas, pero odia que la vean como una chica mona y nada más. Se siente tremendamente sola, como que a nadie le interesa saber lo que ella opina o siente sobre algo. Tremendamente insegura, le asusta conocer gente nueva. Por el trabajo de su padre, ha tenido ya cuatro residencias diferentes (Bilbao, Madrid, Toledo...), siempre es lo mismo, conocer gente nueva a la que después de un tiempo nunca más vuelves a ver.

Muy preocupada por su futuro, por fin consigue un trabajo que le gusta mucho. A los dos meses empieza a notar comportamientos extraños en sus compañeros de trabajo, la dan de lado y tienen detalles que a ella, dada su sensibilidad, le hacen sentir menos que los demás. Al final deja este trabajo, con la consecuente sensación de fracaso.

En el sitio donde ahora está viviendo, no ha tenido mucha suerte con los amigos ¿o es ella quien les rechaza de alguna manera? Todo son dudas, apenas sabe responder a nuestras preguntas, la cuesta tremendamente decidirse, todo es inseguridad, temor a equivocarse.

Es incapaz de verse una sóla virtud, eso sí, enumera con todo lujo de detalles sus defectos. Cualquier cosa que le pase, sea buena o mala, termina explicándola de la manera en que más daño se haga a sí misma. Y así durante mucho tiempo, hasta que al final estalla y decide pedir ayuda, ahora está trabajando sobre su forma de ver las cosas y hace grandes progresos.

Por suerte, cada vez hay más información sobre la depresión. Ya mucha gente sabe distinguir entre tener un día malo, o una semana con problemas, y lo que puede ser un episodio depresivo. Por suerte, estas cosas ya no se ocultan, y cada vez podemos ayudar a más gente a salir adelante.

SILVIA BAUTISTA

Publicado en El Pelícano, Abril de 1.999

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