¡ME MUERO DE VERGÜENZA!

No sabe lo que pasa, pero de pronto empieza a temblar. Estando en una conferencia tan tranquila, llega el tiempo de preguntas. Ella quiere participar y sin pensarlo más levanta la mano, a la vez también lo hacen otras personas, con lo que nuestra amiga tiene que esperar su turno. En esta espera empieza a pensar que todos la van a mirar mientras ella hace su pregunta, el corazón empieza a latir con rapidez, le sudan y tiemblan las manos, es horrible, parece como si todos se diesen cuentan de lo que le ocurre.

¿Qué van a pensar de mí, si me ven temblar de esta manera?. En esta situación, a nuestra amiga le gustaría desaparecer, y sólo piensa en la manera más rápida de huir.

Afortunadamente, se sobrepone, aunque ella dice no saber cómo lo ha hecho. Piensa que los demás son personas como ella, que no pasa nada, que si se ríen que se rían. Cuando le llega su turno, respira hondo, y realiza con éxito su pregunta. Aunque dice no tener siempre tanta suerte, y la próxima vez en la misma situación volverá a temblar de la misma forma, y volverá a pensar que es incapaz de hacer una simple pregunta por mucho que le interese el tema, ni por supuesto hará ningún comentario ilustrativo por interesante que pudiera resultar, porque total a quien le van a interesar "sus comentarios".

También padece este tipo de síntomas vegetativos, de rubor, sudoración, taquicardia, en otras situaciones, por ejemplo al conocer gente nueva o al aproximarse a una persona del sexo opuesto.

¡Fíjate!, me decía, una situación tan normal entre la gente joven, como es que te presenten a los amigos de tus amigos, yo lo evito siempre que puedo, con excusas de lo más variadas, o en ocasiones con alguna que otra grosería. Con lo que al final, quedo como poco amigable, aburrida o vacía, incluso me dicen que soy muy distante porque me lo tengo muy creído y cosas parecidas.

Realmente, la timidez crea problemas sociales, y puede conllevar soledad, abandono y depresión.

Descubrir el origen de la timidez es el punto fundamental para combatirla. Puede proceder de un complejo de inferioridad (no es necesario que tenga un defecto real, basta con creer que se tiene), de un ambiente familiar cerrado, con pocas relaciones exteriores, donde se vea a los demás como duros jueces que nos van a criticar. El problema también puede aparecer tras una experiencia humillante, que la persona perciba como un fracaso personal.

Si las consecuencias de la timidez son percibidas (por la persona que las padece), como un problema excesivo, siempre se puede consultar con un profesional. En cualquier caso, piensa que la timidez, puede ser un rasgo más de tu personalidad, y no tiene por qué ser un impedimento para conseguir lo que deseas.

Para Javier, gracias por tu sugerencia.

SILVIA BAUTISTA

Publicado en El Pelícano, enero de 1.999

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