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LA ECOLOGIA DE LOS SISTEMAS HUMANOS EN EL NUEVO PARADIGMA

XAVIER SERRANO HORTELANO

 

Síntesis de las transcripciones de las conferencias realizadas en el "Club Social: Diario Levante" en Valencia en Mayo del 2001 y en Noviembre del 2001 en río de Janeiro en el "Instituto de Medicina de Reabilitaçao"

Transcripciones realizadas por María Clara Ruiz Martínez y Marina Velela

 

Hace algunos meses era actualidad en Europa el problema de las "vacas locas". Se describía mucho lo que ocurría, las enfermedad que contagiaban estas vacas y las matanzas de miles y miles de ellas como medida preventiva. Pero del o que se hablaba poco era sobre los orígenes de esa enfermedad . Estos especímenes han sufrido ya los estragos del animal humano, del supuesto animal superior y curiosamente nos ha repercutido. Lo que hemos creado se está volviendo hacia nosotros y aparte de las razones fisiológicas, es evidente que la búsqueda de la productividad, y por lo tanto la idea economicista de tener, como se dijo en su día, "carne para todos" se ha logrado en condiciones realmente antiecológicas, de hacinamiento, de separación temprana de los terneros de la madre, de alteraciones hormonales, y por lo tanto de ritmos.

Esto se corresponde con otras alteraciones de los ecosistemas, que tienen variables comunes ya que es igual hablar de las vacas que de los bosques, de las gallinas o de los seres humanos, porque son alteraciones que en el fondo corresponden a dinámicas que van contra la natura de cualquier ser vivo; es el ir en contra del ritmo biológico, al evitar las dinámicas afectivas amorosas de los primeros tiempos -aunque se necesite un proceso de maduración y por lo tanto de creación de la estructura- es influir con una agresión biológica externa, que facilitaba en principio una serie de objetivos, en el proceso de organización de esa estructura. Las vacas tienen un periodo de amamantamiento -como todo mamífero- que no se ha respetado como no se respeta el contacto ni el estar en libertad, una serie de factores que no tienen que ver solo con lo que comen o con lo que se produce desde el punto de vista biológico, sino con el ecosistema en el que viven.

 

Este análisis está recogiendo aportaciones que no solamente tienen que ver con la filosofía o la epistemología, sino también con aportaciones científicas que a lo largo de los últimos decenios han ido haciendo investigadores de distintas disciplinas, desde la microbiología hasta la geología, pasando también por la psiquiatría. Estos científicos coinciden en una serie de aspectos que nos llevan a definir la alternativa paradigmática, la teoría científica actual como paradigma holístico, es decir, que toma en cuenta la globalidad de las cosas y por tanto aquello que se analiza va estar siempre en relación con un entorno. Cito una frase de Capra, científico que está divulgando estos conceptos: "El nuevo paradigma tiene una visión holística del mundo ya que lo ve como un todo integrado mas que como una discontinua colección de partes. También tiene una visión ecológica usando el término ecológico en un sentido mas amplio y profundo de lo habitual. La ecología profunda reconoce la interdependencia fundamental entre todos los fenómenos y el hecho de que como individuos y como sociedades estamos todos inmersos en los procesos cíclicos de la naturaleza".

 

El tema de las vacas locas está relacionado con el ser humano desde varios puntos de vista. Simplemente el hecho de separar a unos recién nacidos, a los terneritos, de su madre y no dejarles vivir el proceso de amamantamiento con el contacto epidérmico y hormonal natural que ello implica, ya trae una serie de consecuencias pues afecta a ese sistema completo. Y ese sistema tiene que defenderse, tiene que crear dinámicas alternativas, que no sabemos cuales van a ser y que pueden ser posteriormente analizadas desde una óptica patógena, pero lo que ha hecho ese sistema es simplemente desarrollar unos mecanismos adaptativos, que el biólogo chileno H. Maturana define como "autopoiéticos". Esto significa que todo sistema desarrolla dinámicas de autocreación conforme se va desarrollando en relación a los ecosistemas circundantes. Dependemos y nos relacionamos con lo que nos rodea. Como ningún ser vivo es un ente aislado, lo que hacemos va a repercutir directamente en el exterior. Esto es revolucionario científicamente hablando porque significa, por ejemplo, que en un momento determinado una talada de árboles que puede servir para encender una chimenea, con el tiempo puede estar perjudicando todo un área de abejas que estaban ahí teniendo sus colmenas y por lo tanto romper el ecosistema colmenar y ese tipo de especie concreto. Esa es solo una de las consecuencias, porque con el tiempo en el pueblo puede haber picaduras de abejas y a partir de ahí enfermedades que pueden causar una epidemia, por lo cual la humanidad va desapareciendo a partir de una talada de árboles porque hay una mutación. Puede ser ciencia ficción pero la ciencia ficción tiene siempre una lógica.

No soy un ecologista especializado en sistemas físicos, geográficos ni geológicos pero sí en los sistemas humanos, por ello intento trasladar el concepto de autopoiesis a nuestra especie, tomando en cuenta la idea filosófica de que no existe ni lo bueno ni lo malo sino las consecuencias de las acciones.

Cualquier acción tiene una consecuencia. A veces no sabemos cual va a ser, a veces podemos preverla y por lo tanto prevenirla. Esa consecuencia va a ser beneficiosa para el mantenimiento, la preservación, la confirmación y por lo tanto la evolución de lo existente y la expansión de las potencialidades, o puede ser contractiva, entrópica y por tanto de desaceleración y desestabilización del entorno. Esto va a repercutir a largo plazo en el proceso del individuo que la ha provocado, aunque a corto plazo no sea visible. Es lo que se ha producido en el animal humano y es que contemplamos solo lo que vemos, y tenemos objetivos e intereses a corto plazo que nos interesa subsanar y de los que queremos sacar un beneficio inmediato. Entramos en la base del productivismo, del economicismo y de la plusvalía y por tanto de la economía capitalista.

 

En menos de cien años la defrenestración de "gaia " , del planeta tierra, nuestra casa, ha sido indescriptible, teniendo en cuenta el tiempo que ha necesitado para llegar a un proceso de estructuración, de evolución y de desarrollo. Así, los microsistemas y las estructuras vivas han ido generando procesos autopoiéticos, adaptativos, de desarrollo, de evolución, de mantenimiento del entorno, que han ido creando a su vez procesos productivos, adaptativos y de creación de nuevas especies. Hace 1000 millones de años aparecen las primeras especies vivas conocidas -las vegetales- y hace poco, hace solo miles de años, empieza a existir lo más parecido a la estructura animal humana. Eso que se ha gestado en 3500 millones de años, en 80 o 60 años se está transformando completamente, sin ningún tipo de orden. La única lógica es la de la productividad y la lógica neurótica de una especie que se supone que forma parte de esa dinámica global de creación, que ha entrado en la locura como especie, desarrollando dinámicas constrictivas, destructivas, que han ido generando una mutación concreta. Evidentemente esto repercute en el desarrollo de la propia especie, que no se libra de las enfermedades inmunitarias y degenerativas, de las enfermedades del distrés y del aumento de enfermedades cardiovasculares, entre muchas otras.

Podríamos pensar que al margen de todo esto hay mas comodidad, pero estoy hablando en términos cualitativos, que es un concepto del nuevo paradigma. No se miden las cosas por lo que tenemos, por lo que hay, desde una perspectiva mecánica, sino por lo que somos y por lo que existe. No hago una apología del primitivismo ni de la vuelta atrás, no se trata de volver a las comunidades primitivas, se trata de mirar cómo preservar aquello que se ha desarrollado durante millones de años, convivir con las leyes de lo vivo y con lo que la especie humana puede desarrollar y potenciar actualmente.

La ciencia de la ecología estudia las leyes de lo vivo y la comunicación de los distintos ecosistemas, lo que curiosamente un científico y profesional de la salud, Wilhelm Reich, describió y enseñó con el término "orgonomía". Se atrevió a poner un término a una disciplina nueva cuyo intento era, precisamente, reunir científicos de distintas disciplinas para poder estudiar de una forma global las leyes de lo vivo e intentar descubrir lo que hay de común entre una bacteria y una galaxia, entre un animal humano y una planta, y porqué hay vida y cómo coexistimos. Eso es lo que se está planteando dentro del paradigma científico actual, intentar explicar las cosas desde la polaridad y desde lo cualitativo. Esto supone intentar entender qué mecanismos le han llevado al ser humano a perder su identidad como especie. Porque el animal humano es el único que no tiene identidad como especie a diferencia del resto de seres vivos, a sabiendas de que para tener identidad no hay que tener consciencia, ya que una cosa es identidad biológica y otra identidad psíquica. Como género biológico funcionamos de acuerdo con aquello que nos identifica en una estructura o en un patrón de investigación y a partir de ahí nos movemos porque somos "como". Es decir, los pájaros como pájaros, los gallos como gallos y las vacas en principio como vacas hasta que llega alguien y los saca de su confinamiento, altera su ritmo, su dinámica y provoca por tanto una alteración en ese sistema, lo que ha pasado siempre con los fenómenos naturales, evidentemente, con sus repercusiones. De ahí viene el término autopoiesis. Los sistemas van a intentar sobrevivir porque el principio de la vida está relacionado siempre con el principio de la expansión de las potencialidades de cada sistema, y por lo tanto intentará mantener y desarrollar la vida.

Por que la Vida permanece. Lo que efectivamente muere es, temporalmente, la estructura específica, el patrón que mantiene para cubrir sus objetivos. Y por otra pare sabemos también que todo muere, ahí está la paradoja. Esto significa que todo se transforma, que todo tiene su tiempo. No tenemos realmente interiorizado el concepto de temporalidad, de convivencia temporal, porque si lo tuviéramos prevendríamos riesgos. Precisamente una de las características del nuevo paradigma es la de "sostenibilidad", tal como describe Lester Brown: "Una sociedad sostenible es aquella capaz de satisfacer sus necesidades sin disminuir las oportunidades de generaciones futuras".

 

Este, en pocas palabras, es el gran desafío de nuestro tiempo. Crear oportunidades sostenibles, es decir, entornos sociales y culturales en los que podamos satisfacer nuestras necesidades y aspiraciones sin comprometer el futuro de las generaciones que han de seguirnos en este sentido Kropotkin, etnólogo y uno de los ideólogos libertarios más importantes, a principios del siglo XX, y ase refería a este concepto definiéndolo como "apoyo mutuo". Demostró cómo las especies no se mantenían por la competitividad sino que el principio de la vida las regulaba. Esto es , a través de la colaboración, la cooperación de las especies. Esto, es lo que se está retomando en el paradigma científico actual .Así leemos en una obra del biólogo chileno H. Maturana: "En la naturaleza no hay competencias, por mucho que lo afirmen quienes han malentendido a Darwin. La competencia no es un fenómeno biológico primario. Es un fenómeno cultural". Podríamos llevar la idea de colaboración y cooperación al terreno de las sociedades humanas. Ahora está de moda el llamado "Time Work", dentro de la aplicación de los recursos humanos en las empresas. Esto significa simplemente que el foco de acción a la hora de resolver los conflictos de las empresas es el de analizar la realidad de sus miembros y fomentar una comunicación fluida que permita desvelar esos conflictos. El riesgo de esto es el de hacer las cosas porqué toca o porque está de moda, pero sin sentirlo, que es otra de las características de nuestra situación actual, consecuencia de la pérdida de nuestra identidad . Por ejemplo, cuando nos dicen que hay que dar de mamar a los niños -de hecho ha habido hace poco un congreso de médicos sobre lactancia natural que ha tenido un gran éxito, y hasta hace pocos años los pediatras se oponían a quien hablaba de darle el pecho a los hijos, porque no estaba bien visto- se puede hacer pero porque lo dicen, y seguimos de nuevo una pauta cultural temporal, sin tomar realmente conciencia de lo que se está haciendo y cómo hacerlo. Porque, en el fondo no se trata de dar el pecho, se trata de cómo se da, de la relación que existe entre la diada madre-bebé. Porque como tantos teóricos del nuevo paradigma insisten, nosotros no somos una especie que se base solamente en la forma. Somos animales relacionales, con lo cual el lenguaje está mediatizando la situación. Un lenguaje que está vinculado a una dinámica emocional, que a su vez construye una forma de comunicarnos y nos da un patrón de relación.

Por lo tanto la dinámica relacional es la que va a marcar la autopoiesis de la estructura, es decir, el cómo nos relacionamos, no lo que hacemos. Esto es lo que nos va a dar la clave del desarrollo de esa estructura individual. Siguiendo con el ejemplo, por mucho que la madre de el pecho al niño, si no está en contacto y comunicando emocionalmente con ese bebé, es una acción muy limitada en relación a la potencialidad que tiene.

Este ejemplo es similar a la famosa frase "follar, follar, que el mundo se acaba" que estaba de moda hace algunos años en algunos ambientes culturales. Era revolucionario "follar", pero no por eso se desarrollaba más el afecto o desaparecían las disfunciones sexuales ni la neurosis. Era una interpretación cultural parcial de algo que tenía su origen precisamente en uno de nuestros referentes principales, Wilhelm Reich, que hablaba de la importancia de la vida sexual y afectiva de las personas desde una dinámica de expansión y por tanto con una fuente de relación global. Porque la relación humana se basa en la transmisión de afectos, emociones y sentimientos, y por lo tanto, de sexualidad.

Esta falta de identidad implica que el animal humano ha perdido su capacidad de percibir y de autopercibirse y por lo tanto que ha perdido el contacto con su esencia humana como especie, como naturaleza, como parte del cosmos. Y como consecuencia ha perdido su espiritualidad en el sentido laico de la palabra, es decir, de la sacralización de la naturaleza y de aquellos actos que permiten un desarrollo y contacto con lo vivo. Los conceptos de espiritualidad y religión son diferentes. Las religiones son en general una manifestación clara de la dispercepción de la esencia de la espiritualidad y por lo tanto de la esencia del animal humano. Es paradójico, lamentable e intolerable que hayan sido y sean las religiones las que cometen en nombre de Dios las mayores atrocidades y sean las iglesias, en nombre de las religiones, las que han cometido genocidios mucho mayores que los gobiernos mas duros. Ni siquiera Hitler con el nazismo, ha superado a la iglesia en este sentido. Recordemos el genocidio de las culturas latinoamericanas, por parte de los españoles, los portugueses, los ingleses, defenestrando en nombre de Dios, en nombre de algo que se supone que es sagrado y espiritual y que da vida.

Yo pienso que nosotros creamos y seguimos creando nuestros monstruos. Y luego nos asustamos y nos asombramos de ellos, como lo describe tan bien Mary Shelley en su novela de "Frankestein". El personaje se asusta del monstruo, de su creación, de su propia atrocidad y no solo se asombra sino que lo despoja, lo deja, lo abandona y lo niega. El monstruo negado por su creador, sin identidad ninguna, destruye. Es su autopoiesis, solo puede destruir, aunque no quiera. Nos asombramos, nos cuesta asumir nuestra responsabilidad. Tenemos que tomar consciencia ecológica de esto. No significa solamente que reciclemos las latas, que no tiremos papeles y que no matemos pájaros por la calle. Eso es consciencia ecológica, pero la consciencia ecológica fundamental, esencial y en la que desgraciadamente no pensamos, es la de poder sentirnos parte del todo, lo que significa poder sentir lo que está ocurriendo a nuestro alrededor. Si sintiéramos realmente la destrucción no podríamos destruir y ahí está el concepto de desidentificación como especie. No puede haber una conciencia ecológica porque esto significaría la posibilidad de estar en contacto con nuestra esencia y de sentir lo que ocurre con nuestro alrededor, pero si pasara eso nos moriríamos de pena, nuestra autopoiesis sería tan constrictiva que nos autodestruiríamos.

Esto tiene que ver con un concepto que Reich describió como la pérdida de la autorregulación, el proceso progresivo del acorazamiento. Se acerca al concepto actual de autopoiesis, porque en el fondo nos está diciendo, en el caso concreto del animal humano, que si éste parte de un ecosistema que desde el principio está olvidando y perturbando las necesidades del nuevo ser para desarrollar las potencialidades que como especie tiene, lógicamente la estructura ese nuevo ser va a ser autopoiética constrictiva, es decir, con una autocreación, con un proceso de autorregulación, cada vez mas pequeño, mas contraído, mas miedoso. Recordemos a Spitz cuando describió como llegaron a morir muchos niños por marasmos, por depresiones anaclíticas en los orfanatos, no por hambre, sino por falta de contacto, de afecto.

Se puede llegar a morir por falta de amor, pero la estructura buscará crear nuevas formas para sobrevivir. Puede crear incluso una especie de traje de buzo a su alrededor que impide ver, mirar y sentir. Por eso en este discurso la culpa no puede existir, pero sí la responsabilidad. No podemos pensar que somos "malos" porque estamos desarrollando niños neuróticos o niños autopoiéticamente constrictivos. Porque, en principio no podemos hacer otra cosa por nuestros propios límites, pero sí debemos asumir nuestra responsabilidad y buscar medidas de cambio.

Y tenemos que recordar que como especie tenemos una capacidad de relación complejizada por el lenguaje, que debía ayudarnos a comunicar de forma más plena y elaborada y por el contrario suele servir para intelectualizar las emociones y los afectos, para comunicar desde la ideología y no desde el corazón y el instinto. El lenguaje puede ser simbólico -unidireccional- o emocional -bidireccional-. Vivimos cada vez mas un lenguaje simbólico, porque estamos en una dinámica virtual donde no hay diálogo, aunque sí hay lenguaje. En los chateos y en internet, por ejemplo, no hay diálogo aunque hay lenguaje, aunque se está imaginando, se está fantaseando el personaje. Cada vez más tendemos a desarrollar dinámicas imaginarias porque estamos viviendo una dinámica reactiva, de pasar de un momento muy belicista en el que ha estado la humanidad, de afrontar conflictos directamente, a un momento de ausencia relacional, de psicoticismo y desde el punto de vista psicopatológico estamos en un momento más psicótico en relación a otros tiempos en donde la neurosis primaba. Esto no es ni mejor ni peor, son consecuencias dinámicas de los cambios en los ecosistemas que condicionan incluso nuestra forma de interpretar la realidad.

Y en esa asunción de nuestra responsabilidad se encuentra la necesidad de tomar posiciones frente a situaciones que reconocemos como facilitadoras de esa constricción.

Como la visión católica del uso de los anticonceptivos como pecado y por tanto como algo prohibido condicionando ya nefastamente la posibilidad de elegir el momento de tener un hijo-a. Eso es intolerable, igual que el hecho de que en nombre de Mahoma o de quien sea, se llegue a castrar a la mujer, se le prive del clítoris, o la lapiden por querer vivir libremente su sexualidad . Los gobiernos, las diplomacias, lo aceptan y toleran para evitar conflictos bélicos supuestamente, pero se producen igualmente por factores e intereses económicos y políticos. Esto es mucho más despreciable porque va en contra de los aspectos básicos que configuran la identidad del ser humano. Y Todos tenemos algo quehacer en todo esto, porque forma parte de lo cotidiano. Cosas similares ocurren en nuestros hospitales, en nuestras escuelas, en nuestras casas. Por ello parte de nuestra responsabilidad implica tomar conciencia ecológica..

Admiro esa frase de Epicuro: "El conocimiento no solo nos hace felices sino también libres". porque en el momento en que soy libre porque ya conozco algo, me puedo responsabilizar.

Conocemos cosas que permitirían modificar los sistemas humanos. Desde la concepción, la vida intrauterina, los partos, la lactancia, la autorregulación. Desde la realidad de unos sistemas en los que se vaya creando relación, comunicación, en los que se reconozca la validez del discurso del niño-a para que ellos puedan reconocer el nuestro. Estando presentes y en constante interrelación y comunicación emocional y verbal.

Son esos cambios cotidianos los que pueden facilitar cambios en nuestros sistemas sociales. Porque a partir de que se generalicen y se conviertan en costumbres también cambian las leyes y por tanto la cultura. Lo sabemos por propia experiencia. En España, sólo después de vivir cotidianamente dinámicas sexuales transgresoras para el sistema se han implantado leyes que facilitan el uso de los anticonceptivos, el divorcio o el aborto y que refleja una dinámica afectiva más libre. Es decir, primero culturizamos una acción y después aparece la ley, por eso la responsabilidad en gran medida es nuestra. Asumamos una conciencia ecológica y desarrollemos una cultura ecológica. Pongamos medios para que podamos realmente sentir las cosas que empezamos a conocer y a intuir que podrían ayudarnos a recuperar nuestro equilibrio como especie.

Hay en este momento ya, muchas personas y colectivos que estamos trabajando para conseguir esos cambios culturales, ese nuevo desarrollo de los ecosistemas humanos. Muchas veces los medios de comunicación no facilitan en absoluto su difusión, porque parecen banales o poco significativos desde el punto de vista del marketing .Pero estamos ayudando a cambiar este estado de cosas. Constatamos que después de veinte o treinta años de reivindicar algo y desarrollar ciertas conductas transgresoras cotidianamente nos damos cuenta que hay gente que empieza a vivir así como algo normal y habitual ,como una costumbre.

por ejemplo hay colectivos educativos como la escuela ELS DONYETS, que trabaja dentro de una praxis escolar alternativa . Hay asociaciones como CINA, cuyo objetivo es reivindicar una crianza de sus hijos se mas ecológica, dando un apoyo natural y consciente a las madres en la crianza natural de sus hijos. Colectivos feministas, ecológicos, libertarios, de hombres y mujeres que trabajan para cambiar la cotidianeidad. Todos podemos participar de forma madura, solidaria y activa en este proceso de cambio.

Crear en colectivo, trabajar en equipo, en forma federativa, que es algo que ya los libertarios nos enseñaron en España. Crear redes de grupos que trabajen por el cambio de los sistemas humanos y empezar a realizar cambios reales que están a nuestro alcance.

Está bien salvar ballenas, pero salvemos también, por ejemplo, al hijo del vecino, que oímos todas las noches llorar porque su madre tiene que dormir para despertarse en la mañana para ir a trabajar y deja al niño llorando toda la noche en la cuna solo para que se acostumbre.

Necesitamos realizar cambios en el sistema social , poner en práctica el nuevo paradigma pero para ello debemos apoyarnos en sus bases científicas .Y existen y muy sólidas. Desde la teoría de los "campos morfogenéticos" de R. Sheldrake, pasando por el concepto de "Boopstrap" de G. Chew, "la tektología" de A. Bognado precursora de "la teoría de sistemas" de L. Bertalanffy, "las estructuras disipativas" de I. Prigogine ,"la Autopoiesis" de Maturana, el concepto "Gaia" de J. Lovelock, el papel de los "neuropéptidos" descubierto por C. Pert, "la homeopatía" de Hanneman, la teoría de la libido de Freud, hasta las teorías de Marx, de Kropotkin y Bakunin en el campo social y el desarrollo de la Orgonomía por W. Reich, la cual muestra la evidencia empírica de la energía vital denominada Orgón, siguiendo los pasos del vitalista Bergson desarrollando una visión global y circular donde lo social, lo individual y lo cósmico están es constante interrelación anteponiéndose en algunos aspectos a la teoría de sistemas y a otros avances científicos ya descritos, de una forma evidente pero todavía excesivamente intuitiva.

En este sentido W. Reich escribía en 1950: "El desarrollo de la sociedad debe y tiene que ser adaptado a los principios de la autorregulación de lo Vivo y no como es el caso ahora donde lo Vivo se ajusta a las demandas específicas de pequeños sectores de la raza humana, como son los grupos religiosos, las culturas nacionalistas, las gobernaciones estatales, etc. El principio de lo vivo incluye a toda la humanidad. Un credo religioso determinado, un estado nacional o una cultura nacional específica tiene mucha menos envergadura e importancia que lo Vivo. Todo lo que en aquellas instituciones está en contra de lo vivo no sobrevivirá. Porque lo vivo es el principio funcional común de la humanidad. El estado, la religión, la cultura en particular es en ciertas condiciones lo que separa y crea el odio y de este modo favorece que se ahoga la vida. No puede haber paz hasta que el principio de lo vivo tome las riendas del gobierno de la especie humana y sea valorado por encima de los modas, de las formas de existencia mas limitados que los separan. Sobre esta y solamente sobre esta base se puede distinguir el individuo que trabaja internacionalmente por lo vivo, del político que recoge meramente votos para el partido democrático de cualquier país; el partidario de la democracia social internacional del fascista rojo; el conservador de aquel que tiene interés por movilizar dinámicas sociales; el partidario hipernacionalista como Hitler con el trabajador internacionalista, etc. De esta manera se aclarará inevitablemente quién está a favor y quien está en contra del principio de lo Vivo, de la Autorregulación".

Y F. Capra en 1999: "Para recuperar nuestra plena humanidad debemos reconquistar nuestra experiencia de conexión con la trama entera de la vida. Esta conexión "religio" en latín es la esencia misma de la base espiritual de la ecología humana".

W. Reich, influido por las teorías de Malinowski y por las aportaciones de su colega y amigo A. Neill va abandonando su visión freudiana de la Libido y de las pulsiones para desarrollar la teoría de la autorregulación según la cual el instinto, lo biológico tiene que prevalecer sobre las exigencias sociales y estar en conexión funcional con lo racional o cortical.

Los colectivos post-reichianos ,como el que dirijo de la Escuela Española de Terapia Reichiana procuramos seguir llevando adelante esta propuesta, mantenemos en nuestra vida privada, y como profesionales y agentes sociales este compromiso con la Orgonomía procurando que se haga realidad ese deseo de W. Reich: "..el foco de nuestra atención debe ser los niños-as todavía por nacer para poder salvaguardar sus potencialidades todavía innatas ayudándoles a encontrar su camino, pues nada puede cambiar mientras la humanidad siga desarrollándose encorvada y contraída"...

Tal vez podamos ver esto algún día existiendo un ser humano con una identidad, alegría, seguridad, autonomía responsabilidad, compromiso social y con una percepción ecológica -cósmica que permita progresivamente recuperar nuestra funcionalidad como especie en una armonía con el resto de seres vivos de nuestro planeta azul Gaia para que junto a los ríos, los mares y los bosques la Vida siga creciendo y funcionando.