Infocop: ¿A qué nos estamos refiriendo cuando hablamos de acoso escolar?
José M. Avilés: Nos referimos a la intimidación y el maltrato entre escolares de forma repetida y mantenida en el tiempo, casi siempre lejos de la mirada de los adultos/as, con la intención de humillar y someter abusivamente a una víctima indefensa por parte de un abusón o grupo de matones a través de agresiones físicas, verbales y/o sociales con resultados de victimización psicológica y rechazo grupal (Avilés, 2006).
I.: ¿Realmente es un mal tan extendido en el ámbito educativo como parecen reflejar los medios de comunicación?
J. M. A.: En realidad, no. Cuando hablamos de bullying o acoso escolar tenemos que ser rigurosos a la hora de delimitar el fenómeno e identificar correctamente sus componentes básicos y también los complementarios. Entre las características más destacadas nos podemos encontrar: el desequilibrio de poder y ejercicio del mismo de manera abusiva, la recurrencia de los hechos y la intención de producir daños en quien lo sufre.
Además, también son complementarias otras manifestaciones como la indefensión victimaria, tanto propia como en el grupo de iguales, la gratuidad de las agresiones, la inhibición de los pares o el silencio compartido y cómplice de los testigos. En realidad, cuando los medios de comunicación se hacen eco de un hecho grave, aun sin pretenderlo, tienden a elevarlo a la categoría de generalidad, al relacionarlo con otros sucesos por el propio hecho de singularizarlos. De hecho, el último estudio del Defensor del Pueblo en el ámbito estatal, es bastante revelador sobre la extensión del fenómeno.
I.: El curso al que inicialmente nos referíamos tenía la finalidad de formar a docentes, para que a su vez formen a otros profesionales. Usted fue invitado por el MEC, en calidad de psicólogo experto en una de las materias abordadas en esta formación. Partiendo de su experiencia, ¿cuáles son las principales necesidades formativas que tienen los docentes en estos momentos? ¿Cuáles son sus demandas principales en relación a las necesidades que están surgiendo en el ámbito educativo?
J. M. A.: No sólo en este curso, sino en el ámbito de la formación de profesorado y familias, así como en la intervención inicial con el alumnado, se hace necesario dar pasos seguros hacia una correcta identificación del fenómeno y en una valoración del alcance de sus consecuencias para la convivencia del grupo de iguales y de la propia Comunidad Educativa. Por tanto, se hace necesario familiarizar a la Comunidad Educativa y a cada uno de sus sectores con una correcta identificación para poder intervenir adecuadamente.
Son indispensables también tareas de evaluación del maltrato contando con lo que dicen quienes están inmersos en él; y lo más importante, que el Centro Educativo lidere en la Comunidad Educativa las estrategias oportunas para construir y desarrollar herramientas de combate contra el bullying. La más importante, a mi juicio, es la de embarcarse en la construcción del Proyecto Antibullying para la Comunidad Educativa. Una tarea a medio plazo, enmarcada en el Plan de Convivencia de los Centros y en la línea de trabajo de educación en valores, ámbito de intervención en el que nadie sobre, sino todo lo contrario, que todos y todas sean necesarios.
Bien es cierto que esto no se logra de un día para otro, por eso los elementos formativos son indispensables para que en las Comunidad Educativas, con apoyo de las Administraciones Educativas, se fomenten procesos de construcción de esos proyectos antibullying que darán fuerza y mucho más sentido a cualquier tipo de intervención, ya preventiva, de evitación del riesgo o para erradicar el acoso.
Quizás este último sea uno de los temas que más preocupa a quienes están en contacto directo con los actores del bullying. Es cierto que se hace necesario actuar para cortar estas situaciones con rapidez, pero sin perder la perspectiva de cómo surgen, por qué lo hacen y las condiciones que favorecen que así suceda. Es decir, todo un trabajo preventivo que se hace fundamental si queremos abordar con garantías los problemas de la convivencia escolar en general y del bullying en particular.
I.: Desde su punto de vista, ¿de qué manera podemos contribuir los psicólogos y psicólogas en el ámbito del acoso escolar?
J. M. A.: La contribución de la Psicología se me hace fundamental y los psicólogos y psicólogas en los centros son referentes en tareas de evaluación, orientación, planificación e intervención específica, tanto con víctimas como con agresores. Aun reconociendo que se trata de un problema social, en el bullying es fundamental que se involucre en su combate toda la Comunidad Educativa. Eso potencia, si cabe, mucho más, actuaciones profesionales de psicólogos y psicólogas dirigidas a aportar herramientas de trabajo de las que no dispone un docente o padre en su trabajo con el alumnado o con sus hijos e hijas.
I.: El papel de la Psicología abarca tanto cuestiones de formación y asesoramiento para docentes y demás profesionales del ámbito educativo, como la atención individual y comunitaria con esta población. ¿Considera que el sistema educativo actual cuenta con un número adecuado de profesionales de la Psicología para ofrecer una adecuada atención? En caso contrario, ¿cómo se podría modificar esta situación?
J. M. A.: Desde mi punto de vista, es claramente mejorable. Debería hacerse un esfuerzo en inversión de recursos profesionales y educativos en este sentido. Es cierto que no todas las Comunidades Autónomas disponen de ratios semejantes. Sin embargo, en algunas es claramente insuficiente, por ejemplo, en etapas educativas como la educación infantil y la educación primaria. En otras, por ejemplo en educación secundaria, se aplica un mismo canon de un/a psicólogo/a por centro, independiente del número de alumnos/as que tienen que atender.
A mi juicio, se debería trabajar en mejorar la personalización de la atención y en enriquecer el trabajo desde una perspectiva colaborativa y multidisciplinar, en la que quepan más figuras profesionales y más complementariedad en el trabajo por la convivencia escolar en los ámbitos educativos, tanto escolares como familiares.