El pasado 30 de noviembre de 2006 se aprobó definitivamente en el Congreso la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en situación de Dependencia, más conocida en la sociedad española como Ley de Dependencia.

Esta Ley configurará un sistema público de atención a las personas sin autonomía personal, estimadas en un millón doscientas mil personas en España, de las cuales se prevé que casi 600.000 serán atendidas entre 2007 y 2009. Se espera que su aplicación se haga de forma gradual a partir del 1 de enero de 2007, comenzando por los ciudadanos en situación de gran dependencia (los que necesitan ayuda las 24 horas del día), y alcanzando su pleno desarrollo en el 2015.

El Estado tiene previsto aportar más de 12.638 millones de euros desde 2007 hasta el 2015. El año que viene serán 400 millones los que se inviertan, incrementándose hasta los 2.212 millones en 2015. El dinero procederá de los Presupuestos Generales del Estado, y el sistema contará con una gestión descentralizada; recayendo su financiación en las Comunidades Autónomas, Administración Central y usuarios, que pagarán en función de su renta.

El debate que se ha generado en torno a la elaboración y aprobación de esta Ley, en todos los niveles, se ha seguido desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos con enorme interés. El afán del Consejo por el desarrollo de este Proyecto de Ley en todos sus estadios, hasta ser aprobado, se ha relacionado no sólo con las consecuencias e implicaciones sociales que supone la aprobación de una ley de estas características, que reconoce a los ciudadanos y ciudadanas la atención en situaciones de dependencia por derecho propio, sino también con las repercusiones que de su aprobación, y posterior entrada en vigor, se preveía podían derivarse para la Psicología.

El área de la dependencia, ha sido un área tradicionalmente vinculada a la Psicología. A nivel psicológico se interviene con poblaciones dependientes de numerosas formas, habiendo desarrollado el psicólogo roles profesionales muy diversos, múltiples y, además, eficaces, y constituyendo la Psicología, sin lugar a duda, la profesión que cuenta con un mejor bagaje de técnicas, de habilidades y de comprensión para coordinar y articular actividades dirigidas a esta población.

En el mundo de la discapacidad es posible encontrar profesionales de la Psicología en distintos tipos de puestos; participando tanto en atención directa, en labores diversas, como en puestos de coordinación y de dirección. Igualmente, la Psicología ha ocupado un lugar privilegiado en el ámbito de la investigación y, de hecho, las líneas prioritarias y de mayor fertilidad se están dando en el campo de esta disciplina, como reconocen prestigiosos profesionales del campo.

Sin embargo, una vez la Ley ha sido definitivamente aprobada, se puede deducir de su lectura que la inestimable labor profesional e investigadora que los psicólogos y psicólogas están realizando en el campo de la discapacidad, contrasta con la escasa presencia y reconocimiento de la Psicología y los psicólogos en la Ley de Dependencia.

La sección En Portada de este número de Infocop ha querido recoger diferentes noticias, artículos y entrevistas relacionadas con el proceso seguido hasta la aprobación definitiva de la Ley de Dependencia en el Congreso. Con este propósito, se ofrece a los lectores un resumen de las acciones llevadas a cabo desde el Consejo en las distintas fases de la tramitación de esta Ley. Se incluye, así mismo, un resumen del desarrollo del primer desayuno de Infocop, que tuvo lugar el pasado mes de octubre, en la sede del Consejo, y en el que se presentó a debate la Ley de Dependencia con la participación de varios políticos y expertos. Además, en esta sección se recoge la opinión de diversos expertos sobre el baremo que previsiblemente se utilizará para la evaluación de la dependencia, así como otros aspectos de interés ligados a la aprobación de la Ley.