Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos

ISSN 211-7851

Enero , numero 31 , 2007

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EDITORIAL


FRANCISCO SANTOLAYA OCHANDO


Presidente Comisión Gestora del Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos y Decano-Presidente Colegio Oficial de Psicólogos

Desde la perspectiva de la Organización Colegial, vivimos una época de aceleración legislativa. En los últimos cuatro años, los distintos gobiernos han promovido un buen número de normas y estudios que tienen un gran interés para los psicólogos. Sin ánimo de ser exhaustivos, podríamos citar, por su importancia, la LOPS, la modificación del Real Decreto sobre autorización de centros sanitarios, la reforma de los estudios universitarios para su inclusión en el Espacio Europeo de Educación Superior, la Ley Orgánica de la Educación, la Ley de Dependencia, la Ley contra el tabaquismo y la elaboración de la Estrategia en Salud Mental. Simultáneamente, hemos estado embarcados en la construcción de la propia organización, creación legal del Consejo y promulgación de unos Estatutos provisionales, una tarea que se ha dilatado enormemente en el tiempo, debido a la lentitud propia de la actividad gubernamental y a los vaivenes de los intereses políticos.

Muchos de los asuntos mencionados nos siguen preocupando, a pesar de que son normas ya publicadas. Por ejemplo, aún estamos luchando contra las negativas consecuencias de la LOPS. Dada la irracional negativa a modificar una Ley que, en lo que se refiere a los psicólogos, está mal hecha, el Gobierno propuso, en su momento, dos soluciones. La primera era modificar el Real Decreto de autorización de centros sanitarios para permitir la apertura de consultas a los psicólogos no especialistas que cumplieran unos requisitos. El recurso interpuesto por la Organización Médica Colegial ante el Tribunal Supremo contra la reforma del Real Decreto de autorización de centros sanitarios nos mantiene en la incertidumbre, ya que puede que los tribunales declaren inválida la salida que el Ministerio consideraba idónea. La segunda solución apuntaba hacia el futuro, y apostaba por la creación de un post-grado en el ámbito de la salud, que tuviera directrices propias y reconocimiento sanitario. La nueva política del Ministerio de Educación y Ciencia en relación a la reforma de los estudios universitarios no parece que vaya a facilitar la creación de ese post-grado, un asunto que nos parece especialmente grave y preocupante.

La Ley de Dependencia levantó un gran cúmulo de expectativas en la profesión. Los psicólogos, profesionales socio-sanitarios por excelencia, estamos especialmente interesados en una Ley con un perfil netamente socio-sanitario, cuya importancia se ve reflejada en su catalogación como cuarto pilar del Estado de bienestar. En consecuencia, la Organización Colegial se ha sentido siempre vinculada y comprometida con su desarrollo. El Consejo, por su propia iniciativa, promovió un grupo de expertos que elaboró un documento con distintas propuestas técnicas que se hizo llegar al Ministerio implicado y a los legisladores. Sin embargo, la situación actual, una vez aprobada la Ley, es de cierto desconcierto. Se ha dado a conocer un instrumento de valoración que se elaboró con la mayor de las reservas y que ha concitado severas críticas de psicólogos expertos en la materia, tal y como puede verse si se consultan los artículos que se han ido publicando en Infocop y que aparecen, así mismo, en este número. Además, no parece que la Ley haya prestado mucha atención a aspectos preventivos o rehabilitadores, quedándose en un plano de reconocimiento de derechos económicos, que a muchos les parece insuficiente y poco previsor. Los psicólogos especialistas en el campo de la Dependencia reconocen la importancia de la norma, pero se sorprenden de sus debilidades y se lamentan de que no se haya aprovechado la oportunidad de hacerlo mejor. Cabe esperar que las autoridades autonómicas, en el marco de sus competencias a la hora de aplicar la Ley, y mediante el diálogo y el acuerdo con las organizaciones profesionales, impulsen las mejoras necesarias en beneficio de sus destinatarios directos y de toda la sociedad.

A estas alturas, parece que el documento definitivo sobre la Estrategia en Salud Mental debe estar muy perfilado, ya que, como se informa más adelante, ha sido aprobado en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. El texto, que se hizo llegar al Consejo, mereció nuestro elogio por su intención, estructura y novedad en la atención prestada a apartados tan importantes tales como la elaboración de protocolos clínicos, la investigación epidemiológica, la prevención en salud mental, o la mención que se hace a la carga familiar. Pero también mereció nuestra censura por la inconsistencia de muchas de sus propuestas, el análisis poco crítico sobre la creciente psicopatologización y medicalización de la vida cotidiana, su insuficiente abordaje del problema de la carga familiar en esta era de reforma psiquiátrica o las deficientes soluciones dadas al problema de la investigación y la formación en el ámbito de la Psicología Clínica. Lamentamos, sobre todo, la premura con la que parece haberse realizado, a tenor del estado en el que se encontraba el borrador remitido, y la escasa participación que han tenido los profesionales de la Psicología en su elaboración. Todos los interesados pueden sacar sus propias conclusiones al leer el contenido del informe que el Consejo ha remitido al Ministerio de Sanidad y que aparece recogido en este número de Infocop.

El apartado de creación y desarrollo de las estructuras colegiales marcha con paso firme. Tal y como se recoge en este mismo número, se ha disuelto el Colegio Oficial de Psicólogos, dando paso al Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos, que adquiere plena personalidad jurídica con la elección de la primera Junta de Gobierno.

La nueva Junta, que tengo el honor de presidir, empieza con ganas de trabajar y ha abordado, como tema principal, el desarrollo de las Divisiones dentro de la estructura colegial. Queremos que las Divisiones sean pronto una realidad, de forma que faciliten la participación de los colegiados en la construcción de una política científica y profesional para la Psicología.

No quisiera terminar sin agradecer la confianza que todos los colegiados, a través de sus Colegios, han depositado en mi candidatura, confianza a la que espero corresponder con un trabajo continuado y fructífero en defensa de nuestra ciencia y profesión.

Francisco Santolaya Ochando
Presidente Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos


 

 
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