Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos

ISSN 211-7851

Marzo , numero 32 , 2007

Copyright 2007 © Infocop

 

EDITORIAL


FRANCISCO SANTOLAYA OCHANDO


Presidente Comisión Gestora del Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos y Decano-Presidente Colegio Oficial de Psicólogos

Después de un largo ciclo de vacilaciones, con pasos atrás y adelante, parece que la reforma de los títulos universitarios enfila la recta final. No hay seguridad absoluta de que este largo recorrido haya terminado, pero parece que hay voluntad gubernamental de ir concluyendo. Hasta este mismo momento, en el que estoy escribiendo el editorial, los psicólogos no han recibido una respuesta clara y satisfactoria a ninguna de sus demandas.

Frente a la demanda de unos títulos de grado y post-grado con directrices propias que garanticen la calidad del ejercicio profesional en Psicología, la respuesta gubernamental ha oscilado desde la negación a la duda. Parece claro que la decisión sobre el título de Grado está tomada y que no va a tener directrices propias, a pesar de que la Organización Colegial ha demostrado ampliamente el carácter regulado de la profesión de psicólogo y la necesidad de garantizar unos contenidos mínimos que den homogeneidad a la formación de los profesionales en todo el Estado. La idea subyacente a esta desregulación de los títulos de Grado es que las Universidades son responsables y están maduras para asegurar la calidad de los títulos. Nadie duda del carácter responsable de las Universidades españolas, pero tampoco hay ningún sistema en el mundo que deje en las únicas manos del mercado universitario el control de estudios que tienen que ver directamente con la seguridad y el bienestar de las personas. Creemos que es necesario combinar la libertad de las Universidades para decidir los estudios que quieren impartir, con un mayor papel de las organizaciones profesionales en el control y ordenamiento profesional. El Gobierno sólo está atendiendo a lo primero, dejando para después, supuestamente, lo segundo. Es evidente que sin los dos términos de esa ecuación, el resultado no quedará equilibrado y podrán darse situaciones que resulten innecesariamente conflictivas o perjudiciales para el interés general.

En lo que se refiere a los estudios de post-grado, parece haber un amplio acuerdo de todos los actores implicados (Ministerio de Sanidad, Educación, Conferencia de Decanos y Consejo) en la necesidad de crear un Máster sanitario, que sirva para garantizar la calidad del ejercicio profesional de los graduados en ese ámbito, y sea un paso obligado para poder acceder al PIR. Los pequeños problemas de técnica legislativa que puedan surgir no deben ser óbice para que se busque una solución rápida y se cierre definitivamente la incertidumbre en este ámbito profesional. Después de todos los problemas creados por la infausta LOPS, el Ministerio de Sanidad cifró la solución definitiva del conflicto en el trámite de reforma de las titulaciones universitarias, que ahora se está debatiendo. Es el momento de tomar decisiones, eliminar obstáculos y aportar soluciones definitivas a un largo problema. Soluciones que, obviamente, deben mirar al futuro, pero también deben tomar en cuenta la situación especial en la que se encuentran los actuales licenciados y estudiantes de Psicología, poseedores actuales o futuros de un título que no puede ser asimilado sin más al Grado.

También parece haber total consenso en el post-grado de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones. Hay un evidente interés de las autoridades implicadas en dar rango universitario a los estudios de riesgos laborales. Un buen camino podría ser la actual propuesta de Máster, realizada de acuerdo con las indicaciones recibidas del Ministerio de Trabajo y con las aportaciones y el consenso de los expertos del área, la Conferencia de Decanos y la propia organización profesional. Confiamos en que la vorágine y las prisas ocasionadas por el calendario político, no creen dificultades a la hora de poner en marcha este máster con directrices propias. Se ha trabajado duro y bien, y no se entendería que se malograse el resultado por pequeños problemas de conveniencia política. Como ciudadano y representante colegial prefiero que se hagan las cosas bien a que se hagan mal y pronto. Esperemos que esta perspectiva impere también en la reforma de las titulaciones.

Lamentablemente, tanto Psicología Educativa como Intervención Psicosocial parecen contar con menos probabilidades de tener apoyo en los ministerios respectivos para configurar un máster con efectos profesionales. En el caso de Educativa, un ámbito importantísimo de la Psicología por el número de profesionales que desarrollan su labor en ese campo, es una auténtica lástima que no hayamos sido capaces de hacer llegar a nuestros colegas profesionales y académicos expertos en el área, la oportunidad y la importancia de configurar el espacio profesional específico del psicólogo educativo. La reciente creación de un colegio de pedagogos y psico-pedagogos en Valencia confirma, una vez más, el camino que siguen los experimentos que se hicieron hace unos años. Urge tomar conciencia del problema, cambiar de orientación y definir claramente el lugar diferenciado de los psicólogos dentro de la educación. El tiempo corre en nuestra contra. Mientras tanto, es evidente que sin un fuerte liderazgo y consenso interno es imposible convencer a los Ministerios respectivos sobre la necesidad de apoyar una propuesta de máster con efectos profesionales.

Tiempos de cambios, de incertidumbre, pero también tiempo para la esperanza. Tanto la Psicología profesional como académica han hablado con una sola voz, han dicho lo que quieren los psicólogos académicos y profesionales. El turno ahora pasa a la Política (que escribo con mayúscula). Espero no que no nos sintamos decepcionados nuevamente.

Francisco Santolaya Ochando
Presidente Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos


 

 
 Los editores no se hacen responsables de las opiniones vertidas en los artículos publicados. 

© Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos 2016