Se define qué es un ataque de pánico, su diagnóstico y se presenta el punto de vista cognitivo conductual de este problema, como un círculo vicioso de miedo al miedo. En él se basa el tratamiento cognitivo conductual del trastorno, que ha demostrado experimentalmente su eficacia.
Miembro del equipo de Psicoterapeutas.com
Consúltale en el
Centro de Psicología Clínica y Psicoterapia
Teléfono: 914119140
Envíale un mail
¡Hola! investigando por Internet sobre problemas de angustia llegué a su dirección. Yo tengo a mi esposo con diagnóstico de pánico, se está tratando desde hace 3 años está mucho mejor; pero no hemos logrado saber cuales son las causas y si se cura definitivamente, le agradecería si usted me puede ayudar a evacuar mis dudas con su amplia experiencia.
Le agradezco que me haya prestado su atención.
Muchas gracias.
No sé que tipo de tratamiento está siguiendo
tu marido. Si va mejor es que es adecuado.
La interpretación biologicista del pánico considera que tiene
un origen fisiológico, que existe una predisposición que podría
ser genética hacia el pánico. Podría estar toda la vida
latente; pero algunas situaciones puede hacer que aparezca, haciéndose
realidad un desequilibrio en los neurotransmisores. Es posible que pueda
hacerse crónico y se produzca un trastorno
de angustia. El tratamiento farmacológico podría volver
los neurotransmisores a su sitio; pero continuará la predisposición
y la vulnerabilidad y los ataques podrían volverse a repetir.
La visión psicológica es diferente. No se puede negar que algunas
personas sean más vulnerables que otras a la ansiedad. Pero en el
disparo del ataque de pánico juega un papel muy importante una reacción
inadecuada a las señales de ansiedad. La ansiedad, la angustia,el
miedo, etc. son estados que se caracterizan todos por una gran excitación
fisiológica, que nos prepara para luchar o para huir haciendo frente
al peligro que la causa. Si las sensaciones asociadas a la excitación
fisiológica nos provocan más miedo o angustia, podemos entrar
en un círculo vicioso, porque al esforzarnos por huir o luchar en
contra de esas sensaciones, nuestra excitación inicial se incrementa.
De esta forma luchamos además de contra el origen de nuestro miedo,
angustia o ansiedad; también contra las propias sensaciones de excitación.
Esta espiral excitación - miedo o angustia - excitación nos
puede inducir en segundos un ataque
de pánico.
Por ejemplo, cuando tenemos miedo se suele respirar rápido para dar
a los músculos más oxígeno y prepararlos así para
huir o luchar. Si no se consume ese oxígeno; porque no se huye o lucha
de inmediato, se puede producir una sensación de mareo asociada a
una ligera hiperventilación. Si la pequeña sensación
de mareo nos da miedo (quizás porque la interpretamos como que nos
vamos a desmayar, a perder el sentido, a morirnos, ...) respiraremos más
rápido todavía con lo que el mareo aumentará. En pocos
segundos podemos estar totalmente mareados y con sensaciones de hormigueo
e incluso de tetanización de los músculos y en consecuencia
con un miedo totalmente descontrolado y disparado y unos pensamientos catastróficos
de que nos vamos a desmayar o a morir o ...
Si se aprende a no tener miedo a la pequeña sensación inicial
de mareo el ciclo no se producirá. Si nos entrenamos para respirar
de manera correcta cuando tengamos miedo, es decir, dejamos de respirar como
si estuviéramos en una situación de extremo peligro, cortaremos
el ciclo. Si interpretamos las señales corporales de forma adecuada,
como ansiedad o miedo normal, y no de forma catastrófica (pérdida
de control, desmayo, enfermedad, muerte, etc.) el problema se soluciona.
He puesto un ejemplo con sensaciones asociadas a la respiración,
que son las más frecuentes, pero no son las únicas, otras veces
son sensaciones de inseguridad, desequilibrio, irrealidad, etc.
La teoría es sencilla. Llevarla a la práctica es un proceso
terapéutico complejo, puesto que no basta con el convencimiento intelectual,
hay que tener conciencia vivida (descondicionarse al estímulo decimos
los psicólogos) para que el proceso en espiral de disparo del pánico
se corte. Mi experiencia es que cuando se puede realizar una exposición
a los estímulos internos del sujeto y se pueden interpretar de forma
adecuada, los ataques de pánico se dejan de producir en una etapa
muy temprana de la terapia, aunque esta suele ser mucho más larga
porque se tiene que perder el miedo en todas las situaciones que se han evitado.
Con esta visión, aunque exista una predisposición genética
a la ansiedad, el sujeto puede aprender como cae en el ataque de pánico
y como puede salir de ese camino que ya no le lleva necesariamente a la catástrofe.
Espero que estas líneas os sean de utilidad.
Un saludo,
La publicación del Curso Terapéutico de Aceptación I y II nos permite profundizar en algunos aspectos del tratamiento de los ataques de pánico y de las crisis de ansiedad, porque explica amplia y asequiblemente los procesos que subyacen en la aparición y el mantenimiento del problema:
Aunque este curso puede ser de utilidad para cualquier persona, las personas con ataques de pánico necesitan una terapia, el curso solamente pretende ser una ayuda en su camino.
21/04/2007