En el presente artículo se expone la necesidad de la atención integral a las personas
mayores, dadas las características que hoy en día presenta este sector, cada vez más
amplio, en nuestra sociedad. Se viene observando desde hace unos años hasta nuestros
días, un crecimiento considerable de la población anciana, y, como consecuencia, aunque
se pueda afirmar que en general la calidad de vida llega a ser muy buena en muchos casos,
la aparición de nuevas y numerosas patologías afectan a diferentes áreas ( físicas,
cognitivas, afectivas, sensoriales, ...), y por lo tanto, se va haciendo más
imprescindible la intervención en equipos multidisciplinares, con la que evaluar y
abordar los distintos déficit. Intervención, en la que todavía no está lo
suficientemente reconocido el papel del psicólogo, en la mayor parte de estos centros
asistenciales.
El envejecimiento es un concepto que a lo largo del tiempo ha ido
experimentando cambios. Las personas mayores han pasado en unos años, de tener un papel
pasivo en la sociedad tras la jubilación, a hoy en día participar de forma activa en
todos los ámbitos de la vida comunitaria.
El haber conseguido alargar los años de vida, ha sido uno de los
planes más ambiciosos conseguidos por la ciencia, pero también se ha convertido en uno
de nuestros mayores retos. Una vez conseguidos estos hallazgos, han ido surgiendo
distintos puntos de vista y diferentes tipos de intervenciones con este sector de la
población, para fomentar así un envejecimiento como una experiencia positiva, ya que se
trata no solo de añadir años a la vida, sino vida a los años ( Rojas Marcos, 1999).
Para potenciar y desarrollar el envejecimiento activo, la O.M.S.
propone trabajar en distintas áreas y formula las siguientes recomendaciones:
-Salud: se deben promover actuaciones para:
- Prevenir y reducir el exceso de discapacidades y enfermedades
crónicas.
- Reducir factores de riesgo relacionados con las causas de
enfermedades importantes ( desarrollo de técnicas cognitivas, resolución de problemas,
habilidades sociales, conducta prosocial, ...)
- Generar continuidad de servicios sociales.
- Formación y educación a los cuidadores.
-Participación: se debe tener en cuenta:
- Crear espacios para el aprendizaje y la educación.
- Reconocer y permitir su participación en actividades como el
voluntariado.
- Alentar a las personas a participar con plena integración en la vida
de la comunidad.
-Seguridad:
- Garantizar la protección, seguridad y dignidad de las personas
mayores, abordando los derechos y las necesidades.
CENTROS DE PERSONAS MAYORES
Los centros de personas mayores son establecimientos en los que se
facilita la prestación de servicios sociales para la mejora de convivencia, la
participación activa y la integración social. También sirven de apoyo para llevar a
cabo actividades de tipo sociocultural. Estos centros pueden ser públicos, privados y/o
concertados. Según el Estatuto Básico de Centros de Personas Mayores de Castilla y
León, los centros de personas mayores dependientes de la Gerencia de Servicios Sociales
de Castilla y León, en función de sus características y servicios que prestan,
contarán con una o varias de las Unidades siguientes:
a) Unidad residencial: Residencia habitual, permanente o
temporal donde se les presta una atención continuada, integral y profesional las 24 horas
del día.
b) Unidades de atención diurna: Ofrecer durante el día
atención que precisen según su grado de dependencia y/o autonomía personal. Pueden ser
de dos tipos:
1. Unidad de estancias diurnas: Preferentemente para mayores con
limitaciones en su capacidad funcional, para mejorar y/o mantener su nivel de autonomía,
ofreciendo atención integral, individualizada y dinámica.
1. Unidad de atención social: de carácter preventivo y de promoción
personal para personas mayores con buen nivel de autonomía.
ATENCIÓN INTEGRAL
Por atención integral, se entiende un trabajo interdisciplinar formado
por distintos equipos para conseguir un fin común, que en el caso de los centros
de mayores, y en concreto de las residencias, el ideal es conseguir la mayor autonomía
personal posible de los residentes, o que, pese a la discapacidad, se retrase lo máximo
posible la evolución de la dependencia mediante actividades que van dirigidas a la mejora
de la autoestima de los mayores y de su calidad de vida.
Para conseguir este objetivo tan ambicioso aparentemente, pero
imprescindible para asegurar una buena y total calidad de vida, se hace necesaria la
colaboración conjunta de distintos profesionales que puedan atender las áreas que abarca
este fin común; Siendo las que siguen las áreas que engloban las necesidades
primordiales y sus funciones reconocidas como necesarias:
- Área psicosocial. Donde son considerados profesionales
capacitados para este área el psicólogo, trabajador social y terapeuta ocupacional.
- Atención y buen acogimiento para favorecer el proceso de adaptación
al centro tanto para el mayor residente como para la familia.
- Asegurar una buena integración y satisfactorias relaciones sociales
entre los residentes.
- Valoración del estado mental del residente, tanto a nivel cognitivo
como a nivel afectivo y emocional.
- Coordinación de las actividades destinadas a la estimulación
cognitiva y de otros tipos afines a este campo.
- Formación al personal, y a cuidadores informales sobre la
comunicación y trato con las personas mayores.
- Adaptación de las actividades a cada uno de los residentes
atendiendo a su grado de discapacidad o autonomía personal.
- Área sanitaria. Cuyos profesionales implicados
directamente son los médicos, enfermeras, auxiliares y fisioterapeuta
- Realizar la historia clínica completa.
- Establecer revisiones médicas periódicas y uso racional de
medicamentos.
- Programas específicos de rehabilitación teniendo en cuenta el grado
de discapacidad, y de intervención sanitarios.
- Valorar ayudas técnicas necesarias y supervisar la realización de
actividades de la vida diaria.
Teniendo en cuenta la importancia del trabajo coordinado en estas
áreas, sus funciones y los profesionales implicados y cualificados para cada una de las
tareas, debemos ahora evaluar y reflexionar acerca de lo que la Administración considera
y reconoce públicamente y ante las personas mayores y sus familiares como " lo ideal
y necesario" versus lo que acuerda como " imprescindible", ateniéndonos a
aquello que dictan las Leyes, Decretos y Estatutos que regulan entre otras condiciones y
requisitos, lo que a los psicólogos nos afecta directamente: el personal requerido.
NECESIDAD DEL PSICÓLOGO EN LOS CENTROS DE MAYORES
¿ Es necesario el papel del psicólogo en los centros de mayores?, y
más concretamente, ¿ Es necesario nuestro trabajo en las residencias para
mayores?.Parece ser que estas preguntas aparentemente fáciles, son más complicadas de
contestar de lo que podríamos suponer si tenemos en cuenta lo escrito anteriormente.
Basándonos en la intención de la O.M.S. anteriormente expuesta acerca
de conseguir un envejecimiento satisfactorio, parece que nuestro papel aquí es importante
y necesario, sino imprescindible, ya que, no se entiende, qué otro profesional puede ser
el indicado para el desarrollo de técnicas cognitivas, entrenamiento en habilidades
sociales tanto para los mayores como para el personal y cuidadores informales,
modificación de conductas en residentes sin y/o con distintos grados de dificultades para
la autonomía personal, coordinación, planificación y derivación de programas
individualizados de estimulación cognitiva y otros afines.
Así mismo, contando con los derechos que a las personas mayores se les
atribuye, al igual que al resto de ciudadanos y siendo beneficiarios de otros de carácter
propio teniendo en cuenta las limitaciones que en muchos casos les acompañan, se declara
que no exigiendo nuestra presencia como requisito indispensable en estos centros, al igual
que otros profesionales, se les está privando de algunos de estos derechos, reconocidos
al menos en el II Congreso de Personas Mayores de Castilla y León de marzo de 2003, como
el que reconoce la Constitución Española de 1978, al fijar unos principios rectores de
la política social y económica. Entre estos principios rectores, la Carta Magna, en su
artículo 50, responsabiliza a los poderes públicos para promover el bienestar de las
personas mayores mediante un sistema de servicios sociales que atenderán a sus problemas
específicos de salud, vivienda, cultura y ocio. A este sistema de protección, cabe
complementar la atención a las personas con discapacidad psíquica, física y sensorial,
preceptuada en el artículo 49 del texto constitucional; Así, ¿ Quien debe entonces
atender en estos centros la salud mental de los residentes?, o ¿ Quien debe evaluar la
necesidad de derivar a otro centro a ciertos residentes con limitaciones psíquicas?, o ¿
Quien valora y evalúa el estado cognitivo y afectivo de estas personas mayores?. También
existe el derecho como obligación de las Administraciones Públicas, de velar por ofrecer
las mejores condiciones y más dignas en los servicios que se les presta a los usuarios,
garantizando al máximo la calidad de estos. Los psicólogos nos preguntamos: ¿ Se presta
una calidad total de los servicios cuando no se exige como imprescindible la presencia de
un psicólogo en estos centros?. Según la Ley 5/2003, del 3 de abril, de Atención y
Protección a las Personas Mayores de Castilla y León, se debe contemplar especialmente
la figura del mayor dependiente, regulando todos los aspectos necesarios. Y, ¿ Cómo se
puede llevar a cabo, con una persona dependiente, una atención integral sin contemplar la
figura del psicólogo?, y además, ¿ Quién se va encargar de valorar el estado mental en
el que se encuentra esa persona o según su discapacidad que tipo de intervención
individualizada requiere?.Teniendo en cuenta la cantidad de trabajo y en las muy buenas
condiciones con las que se puede llevar a cabo en una residencia para mayores, los
resultados beneficiosos que se encuentran cuando se trabaja de una forma interdisciplinar
y los manuales escritos sobre el correcto funcionamiento de una residencia para mayores,
llegamos a la conclusión, y parece ser que aquí no puede haber o no hay opiniones en
contra, de la necesidad imperiosa de ofrecer a nuestros mayores una atención integral.
Como ya se ha descrito antes, este tipo de atención requiere la intervención global de
un equipo fundamentalmente bio psico social, y así, la pregunta viene a ser
la misma: ¿ Como es posible trabajar bajo este modelo de equipo si no se nos considera a
los psicólogos como imprescindibles?. Teniendo en cuenta todo esto, aparecen distintas
soluciones posibles: una puede ser cambiar todos los manuales existentes donde hacen
hincapié en la necesidad de prestar atención integral; otra solución sería eliminar
dentro del área psicosocial varias de las funciones propias del psicólogo y considerarlo
sólo como área social, ya que parece absurdo utilizar el nombre de algo que " no
tiene por qué ser necesario"; o también, lo se podría hacer desde las
Administraciones Públicas y que parece más congruente teniendo en cuenta todo lo
expuesto anteriormente, es modificar Leyes, Decretos y/o Estatutos por los que rigen las
condiciones mínimas, requisitos y personal requerido, ampliando a los profesionales que
ya constan, la figura del psicólogo. Se supone que hacer esto que aquí se propone, es
más lógico y legal, que la actuación de ciertos profesionales que hoy en día al verse
" libres" de nuestra presencia, realizan tareas tales como evaluaciones y
valoraciones del estado mental y afectivo o emocional, " intentos" de
intervenciones terapéuticas, planificación de programas individualizados, y otras que al
igual que las que ahora aquí descritas corresponden claramente a la figura del
psicólogo. A pesar de mostrarse le eficacia del trabajo multidisciplinar, cuando falta la
representación de alguno de los profesionales implicados, siendo en este caso la del
psicólogo, siempre existe intrusismo profesional que, a mi modo de ver y según la
experiencia observada hasta el momento, es lo que esta ocurriendo en muchos de estos
centros de personas mayores donde se intenta seguir el estilo de una atención integral
como proponen tanto la O.M.S. como las Administraciones Públicas, pero prescindiendo de
una de las figuras necesarias, al igual que lo son todas, el psicólogo, teniendo por
tanto, que asumir sus funciones cualquier otro profesional, llegando así a una actuación
inadecuada, pudiendo ocasionar el efecto contrario al que se pretende, que no es otro que
el que la persona mayor que reside o usuario de estos centros se sienta siempre
beneficiado con nuestras actuaciones.
SITUACIÓN ACTUAL DEL PSICÓLOGO EN LOS CENTROS DE MAYORES
Cierto es que en las residencias, la figura del psicólogo como
profesional implicado en la atención integral es cada vez mayor, aunque todavía no se
puede considerar suficiente su aceptación en este ámbito. Los centros donde el
psicólogo se va incorporando lentamente como parte del equipo ya establecido, son sobre
todo aquellos de carácter privado y/o concertado, siendo prácticamente nula la
aparición de esta figura en los centros públicos. Por todo esto, siguen siendo
incongruentes y contradictorios los artículos de muchas de las Leyes o Decretos o
Estatutos que crea la propia Administración Publica, exigiendo un determinado modelo de
trabajo sin ofrecer el personal cualificado para ello.
Desde aquí, se propone el seguir luchando por la aceptación de
nuestro trabajo, por el reconocimiento de nuestros resultados y de la necesidad de nuestra
figura siempre debiendo ser desempeñada por psicólogos y no por otros profesionales que
aun pudiendo ser muy eficaces en su trabajo, nunca podrán asumir las competencias del
nuestro, porque para eso debemos de tratar de trabajar todos en equipo: complementándonos
pero no solapándonos ni eliminándonos los unos a los otros.
También desde aquí se quiere agradecer a todas esas residencias y
centros de personas mayores que, sin que la Ley se lo exija, y simplemente porque desde un
principio han confiado en nuestro trabajo y gracias a eso ahora pueden demostrar y valerse
para una mejor atención a sus usuarios de nuestros resultados, siguen apoyando nuestra
figura y contando con nosotros para incluirnos dentro de sus equipos multidisciplinares.
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