1. A QUIÉN VA DIRIGIDA ESTA CONSULTA PSICOSEXOLÓGICA

  A quienes, por diversas razones, no pueden asistir a la consulta de un profesional, y sí pueden hacerlo a través de la Línea Telefónica o por E-mail.

PRESUPUESTOS:

  La meta primordial de cualquier intervención psicológica en la Red o a través de la Línea Telefónica no debe ser la de sustituir, sin más, a la terapia presencial en la consulta del sexólogo o el psicosexó- logo, sino la de propiciar, en la medida en que ello sea posible, el que esa presencia se haga una realidad cuanto antes.

   Únicamente en una serie de circunstancias concretas esta intervención cobra sentido.  Y esas   circunstancias, que enumero a continuación, son, precisamente, aquellas en las que, por distintas limitaciones en la vida del paciente, esa asistencia a la consulta resulta absolutamente imposible.

  De ahí que haya optado por designar a esta nueva modalidad que se ofrece  a los pacientes, tras  la revolución    informática de Internet, como INTERVENCIÓN PSICOSEXOLÓGICA DE EXCEPCIÓN.

 

 

RELACIÓN DE CIRCUNSTANCIAS QUE JUSTIFICARÍAN UNA "INTERVENCIÓN PSICOSEXOLÓGICA DE EXCEPCIÓN" A TRAVÉS DEL TELÉFONO:

 

  * Imposibilidad física de acudir a la consulta:

 

- Como consecuencia de una insuperable distancia geográfica. (Personas que viven a cientos de  kilómetros de un núcleo urbano donde pueda existir la consulta de un profesional).

 - Como consecuencia de un impedimento físico del paciente (Parálisis, tetraplejia, accidentes y traumatismos, y todo el largo etcétera de enfermedades físicas de cualquier etiología, que requieren de estancia en cama o, incluso, de hospitalización).

 - Como consecuencia de un trastorno psíquico que impida el acceso físico a la consulta (angustia o depresión extrema, así como determinados cuadros fóbicos, en especial fobia social y agorafobia)

 - Como consecuencia de diversos trastornos psicosomáticos severos.

 - Como consecuencia de los efectos secundarios, indeseables pero inevitables, de algunos tratamientos farmacológicos muy fuertes.

 - Como consecuencia de una operación quirúrgica al paciente y su correspondiente postoperatorio (hospitalizado y/o en su domicilio).

 - Como consecuencia de carencias o padecimientos físicos o psicofísicos de la expresión oral (mudez, sordomudez, tartamudez, pacientes laringotomizados, con secuelas verbales tras accidentes cerebrales, etc.)

 

  * Imposibilidad psíquica y/o física de la presencia del paciente en la consulta:

 

 -  Por hallarse éste internado a consecuencia de una crisis aguda de patología ansiosa, depresiva grave (máxime si existe riesgo de suicidio), anoréxica, bulímica, etc.

  -  Por rechazo,   manipulación o  presión familiar para evitar el abordaje psicológico de un paciente realmente necesitado de él.

 -  Por resistencias, objetivamente invencibles, a asumir o dejarse tratar el propio trastorno o  patología ( aunque el paciente tenga, al respecto, sus profundas intuiciones o convicciones).

 -  Por considerar el paciente que el conocimiento de su tratamiento sexológico o psicosexológico    ( o de la existencia de su problema o patología), por parte de los demás, sería un severo perjuicio para su imagen profesional, familiar o de pareja.

 - Por temor a no tener recursos económicos para costearse una terapia, que, por ignorancia, presume ha de resultarle prohibitiva.

 -  Por la desmoralización producida tras alguna terapia previa que no resultó exitosa y ha provocado cierta aversión a lo "sexológico" o "psicosexológico."

 -  Porque su timidez, su inhibición, sus recelos, pero, y sobre todo, sus resistencias y sus miedos ante cualquier cambio psicológico  o psicosexual son tan enormes, que el paciente no irá jamás a la consulta de un terapeuta.

 -  Por desconocimiento de que su problema, su "patología", pueda, y cómo, tener arreglo.

 -  Por temor del paciente a que la terapia pueda resultar, "según ha escuchado a algunos", excesivamente dolorosa.

 -  Por miedo a que, si entra en terapia, le puedan "desmontar" sus creencias, principios, moralidad, e, incluso, hasta provocar la ruptura de su pareja o de su matrimonio.

 - Porque la problemática que acucia al paciente es de una índole para él incomunicable, debido a sentimientos de vergüenza y/o culpa (generalmente muy vinculados a pulsiones sexuales o agresivas).

 

 

 

 

 

 

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