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PSICODINÁMICA  DEL VÍNCULO AMOROSO.

PSICOPROFILAXIS DE LA VIDA EN PAREJA I.

 

Para que una pareja pueda ser considerada tal, y poder desarrollar las metas y funciones que le son propias, es necesario que sus miembros reúnan unos ciertos prerrequisitos:

  1. Una superación del narcisismo infantil y de la fantasía, también infantil, de omnipotencia.  La consecución de un Yo, medianamente fuerte, acorde con las demandas de la realidad, y un Super-Yo, lo menos rígido posible, que capacite al sujeto para aceptarse y aceptar a los demás.

- La superación de dicho narcisismo indica que la persona ha llegado a considerarse a si misma como uno más. Que no se vivencia ya como el centro del universo o como el “rey de la casa”.  Que ha sido descubierta la realidad y las necesidades de los otros, como algo tan válido, respetable y digno de consideración, como lo propio.

Esto se manifiesta, básicamente, en un deseo y capacidad de relacionarse, comunicarse y colaborar con los otros.  Implica también una nueva concepción de la propia libertad, que pasaría de ser una “libertad de” ( es decir, una libertad egoísta en la que uno sólo consideraría sus derechos y su disfrute)  a una “libertad para” ( es decir, una libertad responsable, disponible para realizaciones concretas que benefician, tanto a uno mismo como a los demás).

Asimismo, superar narcisismos infantiles conlleva un cambio cualitativo en la situación vital, casi diría que geográfico, y que se convierte, de haber sido un punto de llegada ( de los otros hacia uno) en punto de partida ( de uno hacia los otros).  O sea, que implica la salida al encuentro de los otros, único lugar en que es posible la verdadera toma de posesión  de la propia identidad.  Actuando con, por y para los otros... descubro lo que soy, lo que tengo y lo que valgo.  Por eso toda persona aislacionista está abocada a los más intensos sentimientos de inseguridad, cuando no a la más sistemática desvalorización.

-  La fantasía de omnipotencia, residuo también de la infancia, debe ser superado.  Pero ¿en qué consiste realmente? Se trata en realidad,  de un mecanismo psíquico compensatorio, según el cual el bebé   ( y el niño), al sentirse absolutamente indefensos desarrollan un proceso de magnificación y exaltación de sus objetos queridos.  De ahí de que muchos niños conciban a sus padres, a lo largo de ese período, como los más inteligentes, los más fuertes, los más ricos, los mejores, los más guapos, etc..  Eso supone una idealización de dichos objetos amados, que robustece el narcisismo propio, generando, a la postre, no sólo una idealización ( y, por tanto, una deformación) de la realidad de los otros, sino también una idealización y deformación de la realidad y de la imagen propia.

-          Esta fantasía de omnipotencia se ve cebada en muchas ocasiones, por el desarrollo de un Super- Yo rígido y severo.  Pero ¿qué es este Super-Yo? Es todo el conjunto de normas, valores, imposiciones, mandatos, prohibiciones y pautas de conducta, que el niño va a recibir de las figuras de autoridad de su entorno más próximo, en especial de sus padres y educadores,  y que va a introyectar de forma gradual  hasta convertirse en una especie de sustituto de la conciencia moral , que el sujeto, como efecto de sus conflictos intrapsíquicos, considerará como su autentica conciencia, lo que le creará un  sinnúmero de ansiedades, trastornos y manifestaciones neuróticas.

 

El problema es que esta “conciencia” se habría formado en un estado de total indefensión   e incapacidad crítica.  De ahí que muchos valores introyectados no estén en el fondo, en armonía con las experiencias y sentimientos reales del individuo, que acaba convirtiéndose en prisionero de esas normas, valores y prohibiciones, con la consiguiente manifestación de cuadros neuróticos, más o menos floridos.  ( CONTINÚA )

 

                                                                                                                                                                                      Copyright © Dr. V. Pablo Rodríguez                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                   Psicólogo Clínico. Psicoanalista.                                                                                                                                                          

Madrid, Mayo 1992

 

 

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