 
|
El
arte pertenece a una tradición que se remonta a
la antigua China y cuyas nociones básicas están
enraizadas en la filosofía del Tao o la Vía,
que a diferencia del taoísmo popular que le
siguió, no es una religión sino una forma de
vivir en el mundo social y de relacionarse con el
medio con serenidad y de forma amorosa más que
con tensión y violencia.Los principios
fundamentales del Tao que conforman la práctica
del Tai-chi se encuentran en clásicos como el
Tao Te Ching (El Canon de la Vía y la Virtud) de
Lao-Tzu, el I ching (Libro de los Cambios), los
escritos de Chuang Tzu y el Huang Ti Nei Ching
(El Clásico Interno del Emperador Amarillo; el
primer tratado de Medicina). Todas estas obras
comparten una visión común del universo; la de
que todo es parte de un gran continuum de
energía, apreciable en los ciclos perennes del
cambio y la transformación que podemos observar
en nuestros propios cuerpos, así como en el
entorno natural, social y político en el que nos
encontramos En este fluir del Tao nada está
determinado o es permanente sino que todo está
en continuo movimiento e
interrelacionado:Inspiración y expiración, la
noche transformandose en el día, luz y
oscuridad, el cambio de las estaciones. Estos
fenómenos expresan el intercambio dinámico de
energía llamado el Chi. Dos cualidades
complementarias de esta energía funcionan
continuamente: el Yin, que originalmente se
refería a la parte umbría de la montaña y el
Yang, el aspecto soleado, brillante. Cada una de
éstas cualidades incorpora la semilla de la
otra: el potencial para la transformación. Esta
visión del movimiento universal y la
metamorfosis se ve ilustrada de forma sucinta por
el conocido símbolo del Tai-chi.
En el arte del Tai-chi tenemos una disciplina
que inicia al practicante en la visión
fundamental del Tao. Los movimientos de la forma,
los ejercicios, el chi-kung y la práctica del
Empuje de Manos nos proporcionan los medios para
comunicarnos con el Chi y descubrir por nuestra
cuenta las cualidades del Yin y el Yang y los
llamados Cinco Elementos. Cada aspecto del
entrenamiento ayuda a que las nociones básicas y
los principios del Tao cobren vida en un contexto
práctico.
Por tanto el Tai-chi es una secuencia de
movimientos donde la mente, el cuerpo y el
espíritu se unen en perfecta armonía.
La creciente popularidad el Tai-chi en
Occidente es debido a su potencial como camino de
sanación. Un número cada vez mayor de personas
quiere participar en el proceso de curarse a sí
mismas. No están dispuestas a aceptar por más
tiempo el papel del paciente pasivo al que se le
prescribe una cura.También prefieren un enfoque
que no sea agresivo con el organismo y que a la
vez les permita entender lo que le pasa en cada
momento.
En los últimos años el Tai-chi y otros
ejercicios de Chi-kung han sido estudiados
científicamente por investigadores tanto en
China como en Occidente y los resultados muestran
la evidencia de su efectividad como ayuda en el
tratamiento de quienes tienen problemas
cardiovasculares, dificultades respiratorias y
desordenes nerviosos y psicológicos.
|