ATAJOS AL ALMA EN 10 PASOS

ATAJOS AL ALMA: 10 pasos de la mente a la no-mente
(carles panadès - 2010)

“Tal vez hayas oido decir aquello de que “lo importante no es lo que te pasa, sino cómo vives y te cuentas lo que te pasa”. Ante una misma situación de crisis, de dificultad, de pérdida, de dolor y de sufrimiento (inexorable en la vida de todo ser humano) hay personas que se quedan bloqueadas y ancladas en su sentimiento y posición de víctimas, de modo que les atrapa y les acompaña durante años el resentimiento, la tristeza, la rabia, la desesperanza, la desconfianza, el miedo ... Otras personas, sin embargo, salen fortalecidas de la situación, como si por una especie de mágica alquimia interior tuvieran la capacidad de transformar el dolor en crecimiento, el miedo en valentía, el resentimiento en compasión, el odio en amor, la oscuridad en luz.
Sabes? Hay una bonita metáfora para explicar esto: “la oscuridad, en realidad, no existe, no es nada!!! La oscuridad es, simplemente la ausencia de luz!!! En consecuencia, no vale la pena perder demasiado tiempo y energía en urgar en la osuridad; más bien merece mucho la pena centrar el esfuerzo en buscar, encontrar y encender la luz, no crees? Si enciendes la luz, se acabó la oscuridad!!!.
El ejercicio que te propongo que hagamos tiene que ver con esta metáfora. Tal como yo lo veo (y lo he aprendido no por el hecho de ser psicólogo, sino sobre todo a partir del estudio y la práctica de diferentes formas de meditación), el primer grupo de personas están atrapados en la oscuridad de su mente inconsciente; el segundo grupo, en cambio, es el que ha trascendido y superado sus condicionantes mentales y están conectados con la luz del alma, que es pura consciencia.
Curiosamente, los psicólogos, los psiquiatras y los psicoterapeutas hemos invertido durante años nuestros esfuerzos en buscar, diagnosticar y hablar sobre la oscuridad (la patología, la incapacidad, el trauma) ... y la verdad, mi experiencia me dice que sirve más bien de poco.
A estas alturas de mi vida, después de haber visto miles de pacientes y de haberlo comprobado conmigo mismo, creo que la mente “no tiene arreglo”. Sin embargo, hay una buena noticia: he descubierto que nostros no somos nuestra mente y que cuando la mente se pone a trabajar al servicio del alma, se abren muchas posibilidades a las soluciones y a la luz. ¿¡El alma!?, te preguntarás. Si, si, el alma! Si lo prefieres, puedes llamarla conciencia, u observador, o testigo, o ser interior ... como quieras ...
El ejercicio que te propongo a continuación tiene por objetivo que tu mismo puedas comprender y experimentar la diferencia que hay entre esa luz del alma (la conciencia) y esa oscuridad de la mente (la inercia inconsciente). No tienes que “creer” nada; simplemente tienes que estar abierto a experimentar en el presente y sacar tus propias conclusiones.
Sólo quiero compartir contigo, antes de empezar la experiencia, unas pequeñas diferencias entre mente y alma.
La mente (esta “cabecita loca”, o -como dicen los budistas- estos “monos locos pinchados por un escorpión” que no paran de saltar y vociferar dentro de nosotros) continuamente se mueve entre el pasado y el futuro, entre la aversión y el deseo. Esta es, según el budismo, la causa principal de todo tu sufrimiento humano. El alma, sin embargo, funciona por “presente total”, es decir, “aquí y ahora” y por aceptación incondicional (sin juicio ni crítica) de “lo que es”. El eje central y capital que conecta con el presente, y que constituye la base de casi todas las prácticas de meditación, es la respiración consciente: ahora inhalo ... ahora exhalo ... ahora inhalo ... ahora exhalo ... ahora inhalo ... ahora exhalo.

Vamos, pues, a practicarlo teniendo en cuenta los siguientes 10 pasos:

Sientate en una postura cómoda ... procura mantener la columna recta de forma que haya una línea sin ondulaciones entre tu coronilla y tu coccis ...Ahora, presta atención a la respiración ... haz varias respiraciones profundas ... ... ahora deja que la respiración siga su curso natural mientras tu la observas ... aquí y ahora ...Observa el aire que entra y sale por la nariz ... observa la diferencia de textura entre el aire que entra –fresco- y el que sale –más caliente- ... toma conciencia y observa la diferencia que hay entre el aire que entra y sale por cada uno de los orificios de tu nariz ... observa el roce del aire sobre la zona del bigote ...Ahora presta atención y observa hacia dónde va el aire que entra por tu nariz ... observa si va hacía el abdomen ... o tal vez hacia el pecho ... tal vez sea una respiración más completa: abdomen ... pulmones ... clavículas ... Ahora toma conciencia y presta atención a la pausa que se produce entre la inspiración y la expiración ... detente unos segundos antes de sacar el aire ... observa ahora la pausa que se produce entre la expiración y la inspiración ... detente unos segundos antes de inhalar de nuevo ... repítelo varias veces ...
Aquí y ahora toma conciencia de tu cuerpo y observa tu postura ... ponte un poco más cómodo ... relaja cualquier tensión que notes ... cabeza ... cuello ... hombros ... brazos ... manos ... dedos de las manos ... pecho y abdomen ... espalda ... caderas ... gluteos ... muslos ... rodillas ... pantorrillas ... tobillos ... pies ... dedos de los pies ... repasa varias veces las sensaciones de la totalidad de tu cuerpo ... haz un barrido de conciencia, como si fuera un escaner de sensaciones y tensiones desde la coronilla de tu cabeza a la los dedos de los pies ... y de los pies a la cabeza... repítelo varias veces, parte por parte ... aquí y ahora, sin perder el contacto y la consciencia de la respiración ... y ves relajando ...

(Mientras vas practicando el ejercicio, aquí y ahora, seguro que observas cómo tu mente no para y desea despistarte ... desea mandar y ser el centro de tu atención ... pensamientos ... imágenes ... diálogos ... personas ... es como una centrifugadora ... o tal vez como un “mono loco” que salta de rama en rama del arbol ... o como varios monos que se confrontan y se cruzan ... no te enfades con ellos ... tampoco no te dejes arrastrar por ellos ... simplemente observa y acepta todo lo que va surgiendo por tu mente ... sin juzgar, sin criticar ... si ves que te vas, vuelve a conectar con tu respiración y con tu sensación corporal ...)

Ahora, sin perder el contacto con la inhalación y la exhalación, toma conciencia de la información que te proporciona cada uno de tus cinco sentidos ... empieza por lo que oyes ... observalo y deja que venga a ti ... sin juzgar, sin describir ... sin irte detrás ... simplemente observalo ... ... ... ahora haz lo mismo con lo que ves ... ... ahora con el tacto ... nota la sensación de frio/calor en diferentes partes de tu cuerpo ... nota el roce de tu ropa en tu cuerpo ... ... si quieres, puedes hacer lo mismo con el olor ... ... y con el sabor... ... aquí y ahora ... sin perder el contacto y la consciencia de la respiración ... Has llegado a tu mente, el sexto sentido según los orientales ... obsérvala ... aceptala incondicionalmente ... sin criticar, sin juzgar ... acepta todo lo que va surgiendo ... pensamientos ... imágenes ... ideas ... palabras ... sentimientos ... recuerdos ... personas ... no podemos elegir lo que pensamos ni lo que sentimos ... ... todo está bien ... ... en todo caso, podemos elegir lo qué hacemos con esos pensamientos, esos sentimientos ... y aquí y ahora ... ... eliges simplemente aceptarlos, observarlos ... sin irte detrás ... todo lo que surge, lo dejas fluir como si fueran nubes que pasan ... todo lo que surge, lo dejas pasar como si fueran suaves olas que fluyen sobre el mar ... y tú simplemente lo observas ... si ves que te vas detrás, recupera otra vez el contacto con tu respiración ... con tu sensación corporal ... con tus sentidos ... y dejas que todo fluya mientras observas ...Aquí y ahora, ESTÁS MEDITANDO ... aquí y ahora, eres el cielo infinito que observa y deja pasar las nubes ... eres el océano inmenso y profundo que observa y deja pasar las olas en la superficie ... eres conciencia ... has conectado con tu alma ... tal vez puedas sentir su amplitud, su calma ... su serenidad ... aquí y ahora eres “El que observa”, ... eres “El testigo de lo que es”... aquí y ahora puedes observar tu mente y tu cuerpo sin ser un esclavo de ellos ... puedes observar tus pensamientos, tus sentimientos ... pero no eres ellos ... puedes observar tu estado de ánimo ... tus tristezas ... tus alegrías ... pero no eres tu estado de ánimo ... estás situado en el lugar del que observa atentamente ... eres conciencia ... eres alma ...
Ahora sabes lo que tienes que hacer para conectar con el alma ... respirar ... prestar atención y ser consciente del momento presente ... y desde aquí, en la medida que vayas entrenando, dia a dia irás aumentando tu capacidad de trascender tus tendencias, tus adicciones, tus compulsiones mentales ...




carles panadès


Meditación: la vuelta a casa
Nuestra Juventud