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La locura: mito o enfermedad social (6)

 

 

Cada situación individual ha de verse bajo el prisma de la investigación y el conocimiento de las cosas, sin valoraciones y sin a prioris que van vinculados a un modelo y a una forma de concebir la realidad.

Esa posición es la que Reich adoptó en su perspectiva clínica. Precisamente abandonó el psicoanálisis porque era excesivamente rígida la separación que interponían entre lo psíquico y lo corporal. Reich desarrolló un paradigma en el que el triángulo básico de todo lo vivo (lo energético, lo corporal, lo psíquico) se mantenía en un estado de integración permanente y comenzó a concebir al animal humano de una manera muy distinta a como lo había hecho la Psiquiatría.

A partir de investigar la conexión entre estos tres elementos, empieza a desarrollar toda una terapéutica que pretende la recuperación de toda la funcionalidad del animal humano, la integración de funciones como referencia de salud, la posibilidad de cruzar y caminar en ambos planos, y por lo tanto, el enfrentamiento permanente con lo establecido.

Aquí se presenta la paradoja de que muchas veces el psicoterapeuta reichiano vive en su propia piel situaciones de soledad y sufrimiento al comprobar que la ayuda que puede ofrecer es limitada porque llega un momento en el que se produce el choque con la realidad, lo establecido, lo social, la falta de ayuda y de recursos para potenciar elementos personales.

El psicoterapeuta lo que hace es compartir un viaje donde su loco y contando con un marco clínico permite que el viaje sea positivo y llegue a buen puerto. Cuando hablo de marco clínico me refiero a algo muy simple. Hay un riesgo en ese intento de ayudar, de acompañar, de facilitar una mejor existencia a las personas, de comunicar la alegría de vivir a la gente. Existe el riesgo de que lo hagamos sin unos elementos que nos permitan a nivel individual conocer en cada momento que consecuencias tiene eso que estamos haciendo y qué consecuencias tienen las herramientas que utilizamos, porque cada persona tiene una locura distinta, una forma de percibir la realidad diferente, porque como escribe Reich: "Ninguno de los síntomas de la esquizofrenia tiene sentido si no comprendemos que en el esquizofrénico se han borrado las líneas fronterizas que separan al homo normalis del océano orgónico cósmico. aquí a las funciones que ligan al hombre y a su origen cósmico en una sola cosa".

De ahí que la posición del terapeuta que se plantea con honestidad utilizar el referente clínico implica que está abierto a introducir elementos que puedan favorecer la funcionalidad del animal humano. Sabiendo cómo hacerlo. No podemos jugar a ser "aprendices de brujo" es decir poniendo en funcionamiento cosas que luego no sabemos como controlar. Disponemos de unos mecanismos muy livianos para mantener nuestra frontera entre el plano de lo concreto y el plano de lo eterno-atemporal. Es por ello que en el momento de responder a la demanda de ayuda de una persona que no entiende su locura, hemos de tener en cuenta lo que nos han contado, previamente "los locos" y tener conocimiento de nuestra propia locura aportando las herramientas técnicas que vemos que sistemáticamente tienen efectividad para agrupar la funcionalidad humana, para así facilitar la recuperación integrada de la persona a nivel energético, corporal y psíquico. Esta es la línea y el modelo de investigación y abordaje clínico que sigue la Orgonterapia Post-Reichiana. Y en ello basa su propuesta didáctica que pasa, entre otras tareas, por la de que el profesional atraviese previamente su propio infierno en el "diván reichiano", y lo transmute encontrando su propia capacidad de contacto, de amor y recupere su pasaporte para circular sin miedo entre los distintos planos o estados de conciencia.

La "Escuela Española de Terapia Reichiana" que dirijo desde su fundación en 1.982 forma parte de este movimiento post-reichiano. En nuestra praxis como orgonterapeutas hemos ido desarrollando un modelo holístico de salud tomando como referencia el "funcionalismo orgonómico" de W. Reich y su praxis clínica y la de otros post-reichianos e incorporando elementos de modelos actuales que enriquecen este paradigma al estar en constante interacción con la realidad profesional y científica actual. Para llevar adelante este modelo holístico vemos necesario trabajar en equipos interdisciplinarios que den una respuesta unitaria a la enfermedad. En esta praxis colectiva que definimos, haciendo uso de la historia, "Orgonterapia Post-Reichiana", utilizamos principalmente estos medios: El diagnóstico diferencial estructural, D.I.D.E (Serrano, 1.990); un abordaje clínico profundo: la vegetoterapia caracteroanalítica individual de W. Reich (1936), aplicada fundamentalmente según la sistemática de F Navarro (1.983) y enriquecida por el trabajo en grupo según una sistemática propia (Serrano 1.990); un abordaje clínico breve a través de la "psicoterapia breve caracteroanalítica", (Serrano 1.990) y finalmente, la investigación de la sistemática necesaria para la aplicación funcional adecuada de los procesos psicoterapéuticos descritos vinculados a otras herramientas energéticas específicas (orgonómicas, audiopsicofonología, dieta ortomolecular, Homeopatía, oligoelementos...) que enriquezcan el proyecto de salud de la orgonterapia.

Esta es nuestra participación en el reto humano de integrar los distintos planos de conciencia en nuestra dinámica vital cotidiana para que la locura deje de ser sufrimiento y contribuya a potenciar nuestra sabiduría y a modelar una sociedad donde prime un estado de conciencia más amplio, menos cosificado, y donde la imaginación, la espontaneidad, las manifestaciones amorosas y la vinculación con la naturaleza sean sus atributos principales, atributos que pertenecen desde antaño a la simbólica figura del loco, que forma parte de la baraja del Tarot.

 

 

 

Denia (Alicante). Marzo de 1996

 

 

 

 

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