Cuando la depresión aparece en la etapa de la niñez o la adolescencia la relación con los adultos se vuelve complicada, la Psicología Clínica posee herramientas de diagnóstico y de terapia que sin duda pueden aportar una ayuda fundamental para ambas partes.
El niño/a-adolescente que cae en la depresión muestra signos difíciles de interpretar ya que, su sintomatología suele ser confundida por sus progenitores. Se caracteriza por tristeza, irritabilidad, desgana, en “encerrarse en uno/a mismo/a”, aislamiento social, melancolía, pero también, en algunos casos, comportamientos “anormales” como hacer novillos, quejas somáticas, propensión a los accidentes, fugas….