Una conducta inadaptada nada tiene que ver con esa imagen estereotipada del "rebelde sin causa". Es una conducta que puede llegar a afectar negativamente al paciente y a los que le rodean.
El profesional puede intervenir para frenar casos de indisciplina habitual o
ira muy explosiva.
Aunque la conducta disruptiva en la etapa de la infancia-adolescencia
es frecuente una conducta que se convierta en constante
o muy intensa ha de ser intervenida para prevenir futuros problemas.
Como conducta disruptiva se entiende molestar a los demás, intentos de llamar la atención a los demás en situaciones poco idóneas, desobedecer, insultar, rabietas frecuentes, agresividad, desafío... y se suele manifestar en todas las áreas de convivencia.