Cada tipo de fobia exige un tratamiento específico dedicado y orientado a las características de cada paciente.
La fobia específica “se caracteriza por la presencia de ansiedad clínicamente significativa como respuesta a la exposición a situaciones u objetos específicos temidos, lo que suele dar lugar a comportamientos de evitación”. Existen infinidades de situaciones u objetos que pueden ser fóbicos: animales, ambientales (alturas, agua, tormentas...), sangre-inyecciones-daño, situacionales (montar en avión, ascensor...), miedo al atragantamiento, a ser atacado/robado.
Mención especial se debe a la FOBIA SOCIAL, que se caracteriza por un “miedo persistente y acusado a situaciones sociales o actuaciones en público por temor a que resulten embarazosas”.